Fue un gran día ayer para los jabalíes, corzos y liebres. Para los cazadores, que tradicionalmente no les dejan disfrutar del descanso dominical, el interés de sus ‘disparos’ se centró en un objetivo nada habitual: los perros.
fotos: Patricia G. Fraga
Fue un gran día ayer para los jabalíes, corzos y liebres. Para los cazadores, que tradicionalmente no les dejan disfrutar del descanso dominical, el interés de sus ‘disparos’ se centró en un objetivo nada habitual: los perros.
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Fue un gran día ayer para los jabalíes, corzos y liebres. Para los cazadores, que tradicionalmente no les dejan disfrutar del descanso dominical, el interés de sus ‘disparos’ se centró en un objetivo nada habitual: los perros.
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Fue un gran día ayer para los jabalíes, corzos y liebres. Para los cazadores, que tradicionalmente no les dejan disfrutar del descanso dominical, el interés de sus ‘disparos’ se centró en un objetivo nada habitual: los perros.
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Fue un gran día ayer para los jabalíes, corzos y liebres. Para los cazadores, que tradicionalmente no les dejan disfrutar del descanso dominical, el interés de sus ‘disparos’ se centró en un objetivo nada habitual: los perros.
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Fue un gran día ayer para los jabalíes, corzos y liebres. Para los cazadores, que tradicionalmente no les dejan disfrutar del descanso dominical, el interés de sus ‘disparos’ se centró en un objetivo nada habitual: los perros.
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Fue un gran día ayer para los jabalíes, corzos y liebres. Para los cazadores, que tradicionalmente no les dejan disfrutar del descanso dominical, el interés de sus ‘disparos’ se centró en un objetivo nada habitual: los perros.
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Fue un gran día ayer para los jabalíes, corzos y liebres. Para los cazadores, que tradicionalmente no les dejan disfrutar del descanso dominical, el interés de sus ‘disparos’ se centró en un objetivo nada habitual: los perros.
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Fue un gran día ayer para los jabalíes, corzos y liebres. Para los cazadores, que tradicionalmente no les dejan disfrutar del descanso dominical, el interés de sus ‘disparos’ se centró en un objetivo nada habitual: los perros.
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Fue un gran día ayer para los jabalíes, corzos y liebres. Para los cazadores, que tradicionalmente no les dejan disfrutar del descanso dominical, el interés de sus ‘disparos’ se centró en un objetivo nada habitual: los perros.
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Fue un gran día ayer para los jabalíes, corzos y liebres. Para los cazadores, que tradicionalmente no les dejan disfrutar del descanso dominical, el interés de sus ‘disparos’ se centró en un objetivo nada habitual: los perros.
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Fue un gran día ayer para los jabalíes, corzos y liebres. Para los cazadores, que tradicionalmente no les dejan disfrutar del descanso dominical, el interés de sus ‘disparos’ se centró en un objetivo nada habitual: los perros.
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Fue un gran día ayer para los jabalíes, corzos y liebres. Para los cazadores, que tradicionalmente no les dejan disfrutar del descanso dominical, el interés de sus ‘disparos’ se centró en un objetivo nada habitual: los perros.
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Fue un gran día ayer para los jabalíes, corzos y liebres. Para los cazadores, que tradicionalmente no les dejan disfrutar del descanso dominical, el interés de sus ‘disparos’ se centró en un objetivo nada habitual: los perros.
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