El periodista y director de El Debate, Bieito Rubido, apeló a los lazos familiares para agradecer al Concello de Ortigueira y, particularmente, a su alcalde, Valentín Calvín, la invitación a leer el pregón de las fiestas de Santa Marta, un lugar del que se siente, dijo, muy próximo. “Polas miñas lembranzas de mozo, cando viña bailar nas sempre animadas verbenas e no baile do club, e tamén porque a partida de nacemento do meu pai está datada en Ortigueira”, aseguró antes de decir que “teño, por tanto, moitas razóns, e moitas obrigas, para estar hoxe aquí”.
Rubido pidió a los asistentes que “seáis felices” porque, aseguró, “los pueblos felices son mejores”, y los animó a disfrutar del programa festivo, sobre todo de la música, respecto a la que dio varias referencias de su vinculación con Ortigueira.
“No hay fiesta sin música y la música, cuando es bella, nos acerca a Dios”, dijo. “Ortigueira es tierra de grandes músicos, territorio fecundo del talento, no en vano se ha convertido desde hace años en la capital del mundo celta musical”, afirmó.
Rubido señaló que el Festival do Mundo Celta de Ortigueira es de alguna manera consecuencia de “una tradición musical que viene de lejos”, y recordó que, cuando era niño, escuchaba en su villa la banda de Garrote.
El pregón del periodista estuvo plagado de referencias a un territorio (sentimental, cultural) común compartido entre Cedeira y Ortigueira. “Aunque nací en Cedeira, me siento hijo de estas tierras”, añadió antes de pedir a los presentes que la cuiden. “Si algo me emociona cada vez que visito este rincón donde el mundo se llama Ortigueira es su belleza paisajística”, apuntó.
Y, tras la música la gastronomía. “Si algo somos los gallegos es generosos”, recalcó. “Generosos y buenos comedores y, para colmo de bienes, la naturaleza nos ha dotado con productos de extraordinaria calidad”, añadió.
Por último, Rubido se refirió a David Fojo, “que me dejaba escribir en las páginas de su inigualable La Voz de Ortigueira”. “Me enseñó”, recordó el pregonero, “la geografía física y sobre todo la humana y, por tanto, me enseñó a querer a Santa Marta, y probablemente yo no podría estar hoy aquí, escribiendo, cantando y proclamando esta fiesta, si no hubiese conocido a David Fojo y no hubiese conversado tanto con él”, aseguró.