Expertos en accesibilidad cognitiva para personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA) han alertado del "uso indiscriminado" de pictogramas en edificios públicos y privados, algunos de ellos "sin validar", y han advertido de que este tipo de señalización, aunque colocada "con muy buena voluntad", puede ser "contraproducente" o inducir a "confusión" si no se usa de manera adecuada y "con un soporte detrás".
Así lo ha trasladado, en una entrevista a Europa Press, la responsable de accesibilidad cognitiva de la Federación Autismo Galicia, Aitana García Lage.
Según ha explicado, para que un proyecto de accesibilidad cognitiva sea eficaz, debe acometerse de un modo integral, es decir, "no se trata solo de sinaléctica, tiene que haber otras medidas para adecuar los espacios" dando "soluciones específicas" en función de las características de esos espacios y del tipo de personas que los van a usar.
Precisamente, entidades como la Federación Autismo Galicia asesoran, desde sus servicios de accesibilidad, a entidades públicas y privadas para mejorar sus entornos.
Sin embargo, ha advertido García Lage, los expertos se han dado cuenta de que hay un uso no adecuado de los pictogramas en ciertos espacios. "Lo que ocurre con los pictogramas es que son símbolos muy visibles, fácilmente reconocibles y que se relacionan con las personas con autismo, pero vemos ayuntamientos y otras entidades de la administración los ponen de manera indiscriminada", ha apuntado.
Al respecto, ha explicado que cuando se usan ese tipo de señales hay que "analizar quién las va a ver, a qué público van dirigidas" y ha añadido que "de nada sirve un pictograma si no tiene un soporte detrás".
En ese sentido, ha recalcado que "la primera medida de accesibilidad son las personas", por eso uno de los primeros pasos ha de ser la formación, la sensibilización de las personas que trabajan en esos espacios públicos y atienden a la gente. A partir de ahí, se pueden incorporar otros apoyos o herramientas, como señalización, moderación de ruidos o luces, etc., pero "las incursiones en solitario no son eficientes".
Tras matizar que la instalación de pictogramas "es muy valiosa", ha lamentado que esa medida se puede "malograr" si no va acompañada de otras, y ha constatado que las entidades públicas y privadas "cada vez consultan menos" a los expertos para implementar sus medidas de accesibilidad cognitiva.
Con todo, ha afirmado que en muchos espacios públicos sí se han dado pasos adelante y del modo adecuado, y ha puesto como ejemplo algunos ayuntamientos y consellerías, especialmente Política Social y Sanidade, con proyectos de "humanización" de los espacios en el marco de una adaptación de los sistemas públicos para hacerlos "más enfocados a los usuarios y pacientes".
Los pictogramas comenzaron a utilizarse de forma reducida, especialmente como señales en el ámbito de los medios de transporte o para localizar zonas concretas como oficinas de información o aseos públicos. "Paralelamente, las personas con autismo ya tenían una intervención dirigida con apoyo audiovisual", ha aclarado.
El uso de estas imágenes se ha demostrado efectivo, junto con otras medidas, para derribar barreras comunicativas de personas con discapacidad intelectual, entre ellas, personas con autismo, que "tienen una percepción audiovisual brutal"; pero también son válidos para otros colectivos, como personas con sordera, personas mayores, extranjeros o, en definitiva, colectivos con problemas de comunicación.
Pero, frente a esas ventajas, existe un riesgo, y es el uso de iconografía no adecuada, ya que ésta "tiene que estar validada, estar extendida" para que funcione.
En ese sentido, organizaciones como la Federación Autismo Galicia disponen de equipos de "validadores", es decir, personas con esas discapacidades que estudian los pictogramas con el fin de comprobar si son comprensibles, si las imágenes se adecúan a la información que pretenden dar, si pueden inducir a confusión o incurrir en la ambigüedad, etc.
El principal riesgo detectado actualmente en los espacios con pictogramas es la proliferación de iconografía no validada, y eso "puede ser contraproducente" y "generar más confusión que ayuda".
Por otra parte, ha recordado el conflicto que se generó cuando, hace unos años, algunos ayuntamientos "con muy buena voluntad" pusieron pictogramas en señales horizontales de tráfico, principalmente en pasos de cebra.
En aquel momento, la Confederación Autismo España alertó de que no es recomendable aplicar pictogramas u otras imágenes a esas señales de tráfico porque ello incumpliría la normativa de seguridad vial y "pueden confundir tanto a peatones como a conductores". "Los pasos de peatones ya disponen de un código universal que los señaliza y que, con algunos matices culturales, es prácticamente el mismo en todos los países", señala la Confederación.
Además de asociaciones y federaciones que trabajan con personas con discapacidad, hay otras entidades que desarrollan su labor en el ámbito de la accesibilidad cognitiva. Entre ellas, hay unas pocas empresas especializadas, además de la Fundación ONCE, una gran organización con implantación nacional y de sobra conocida.
Una de esas compañías, nacida hace una década, es ACCEDE Entornos y Servicios Accesibles, una empresa cuyo origen está en el movimiento asociativo. Su director general (y arquitecto), Álvaro Cervera, ha explicado a Europa Press que esta firma está especializada en "accesibilidad universal" y que, además, da empleo a personas con discapacidad, "fundamentalmente en el área de validación".
Según su experiencia, el uso de pictogramas debe encuadrarse en un espacio global donde "todo debe estar dentro de un sistema coherente". Por un lado, ha coincidido en señalar que, si se usan imágenes no validadas, "el pictograma no solo no cumple su función, sino que puede crear un efecto frustrante" en las personas a las que supuestamente va dirigido, porque no lo entienden.
Por otra parte, ha recordado que, en los espacios de uso público, no sólo los pictogramas dan información, sino también la propia arquitectura y disposición de esos espacios. Además, ha matizado que también puede ser un problema "el exceso de información" que no facilita la comunicación sino que genera confusión.
En febrero de 2022 se publicó la actualización de la norma UNE 170002, que regula los requisitos de accesibilidad para los elementos de señalización en los edificios.
La norma contempla, entre otras cuestiones, las características que debe tener un elemento de señalización accesible, en aspectos como el texto, las imágenes, los pictogramas y flechas, los colores, la composición de los bloques de texto/imagen; los textos en braille; la ubicación de la señalización; o la iluminación.
Según ha explicado el CEO de ACCEDE, que ha colaborado en este actualización normativa, el principal cambio en la UNE es que, además del aspecto visual, se intenta también introducir el aspecto cognitivo relacionado con la rotulación.
Por otra parte, en abril de 2022 se publicó en el BOE la modificación de la ley general de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social. Ya en el preámbulo de la norma, se apunta que la legislación existente hasta ese momento se reveló insuficiente, al no tener en cuenta la accesibilidad cognitiva dentro del concepto de accesibilidad universal, por lo que esta modificación introduce dicho concepto.