Máscaras, disfraces singulares, música y gastronomía. Estos son algunos de los ingredientes imprescindibles para disfrutar del Entroido gallego. Sin embargo, hay una pregunta que ni la mismísima periodista italiana Oriana Fallaci se habría atrevido a formular durante estos quince días festivos por miedo a desatar la mayor de las polemicas: ¿eres más de filloas o de orejas? En GastroIdeal, hemos decido abrir la caja de Pandora y se lo hemos preguntado a algunos de los rostros más conocidos de A Coruña y su área de influencia.
El capitán del Deportivo, Álex Bergantiños, que hace menos de una semana celebraba 300 partidos con la camiseta blanquiazul, no quiso regatear la controvertida pregunta lanzada por GastroIdeal. “Soy más de filloas”, contesta sin vacilar. “Me recuerdan a los carnavales en Vilasantar, el municipio de mis padres. Allí, nos juntábamos alrededor de la lareira y las hacíamos en el fiolleiro. Nos poníamos finos”, recuerda.
La regatista coruñesa, ganadora de una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y actual gerente del Clúster Gallego del Deporte, escoge, sin dudar, “as filloas da miña avoa”. Donde estén los dulces hechos en casa con tanto cariño… que se quite MasterChef.
El humorista, al igual que el resto de encuestados, se decide por la filloa, a la que le dedica un verso que ni la célebre poeta compostelana Rosalía de Castro. “Comerse una filloa es como comerse una servilleta en la que ha estado envuelto un ángel recién nacido. Un ángel gordito y sudoroso”, explica con fascinación.
“Son de filloas, pero moito”, advierte la atacante de la Fiorentina, que reconoce devorarlas, incluso, “cando non é Entroido”. “Miña avoa facendo filloas é un dos mellores recordos que teño da infancia”, recalca.
El exentrenador del Dépor Abanca asegura “que le gusta todo” y se considera “de buen comer”. Ahora bien, si tiene que elegir, se queda con las filloas. “Ahora a las filloas se les pone de todo, chocolate, nata… yo las prefiero con un poco de azúcar y, si solo hay orejas, sin nada”, puntualiza.
La Vicepresidenta Segunda del Gobierno, y Ministra de Trabajo, deja a un lado su habitual carácter conciliador y no se amilana al destaparse como fanática de las orejas. “Quédome coas orellas que me facía a miña nai”, comenta, demostrando, como buena política, que no teme ir a contracorriente.