Los ministros nigerinos de Petróleo, Minas y Transporte, así como el líder del partido del presidente depuesto, Mohamed Bazoum, fueron detenidos entre el domingo y ayer, informaron fuentes policiales.
Se trata de Sani Issoufou Mahamadou, ministro del Petróleo e hijo del expresidente Mahamadou Issoufou (2011-2021); Ousseini Hadizatou Yacoub, ministra de Minas; Alma Oumaru, ministro de Transportes, y Foumakoye Gado, presidente del Partido Nigerino para la Democracia y el Socialismo (PNSD).
Según las mismas fuentes, varias personas más del PNSD, partido en el poder en Níger hasta el golpe de Estado militar de hace unos días, también fueron detenidos por publicar en redes sociales mensajes llamando a resistir.
La junta golpista nigerina pidió ayer a los ciudadanos no usar las redes sociales para “transmitir informaciones y mensajes políticos susceptibles de perturbar el orden público”, bajo amenaza de arresto. La junta, organizada en el autodenominado Comité Nacional para la Salvaguardia de la Patria y liderada por el general Abdourahamane Tiani, indicó que toda persona que contravenga esto “será detenida por las fuerzas de seguridad y puesta a la disposición de la justicia”.
En varios mensajes publicados el domingo, en redes, el expresidente Issoufou afirmó que estaba negociando para conseguir la liberación del presidente Bazoum, retenido desde el día 26 por la junta golpista en el Palacio Presidencial de Niamey, y “restaurarle en sus funciones”.
“Desde el 26 de julio (día del golpe de Estado), nuestro país ha entrado en una fase difícil de su historia”, afirmó Issoufou, antecesor de Bazoum y miembro del mismo partido. La junta golpista en el poder anunció la destitución del presidente, la suspensión de la Constitución y la disolución de los órganos derivados de ella, el cierre de las fronteras y un toque de queda nocturno hasta nueva orden.
Asimismo, se arrogó la potestad de ejercer “el conjunto de los poderes legislativos y ejecutivos” en “espera de la vuelta al orden constitucional normal”.
Por su parte, el PNSD, mayoritario en el gobierno destituido en Níger, denunció el carácter “represivo, dictatorial y contrario a las leyes” de los golpistas, en vista de las detenciones “abusivas” de su líder y los ministros.