Mediadores de Estados Unidos, Qatar, Egipto e Israel se reunieron ayer en El Cairo a fin de seguir trabajando en un acuerdo de tregua en la Franja de Gaza que suponga la liberación de rehenes, mientras que el ejército israelí anunció ayer “un largo camino” por delante antes de concluir la guerra.
Una delegación israelí encabezada por el jefe del Mossad, David Barnea, y el jefe del Shin Bet, Ronen Bar, aterrizó ayer en El Cairo, donde se encontraban el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, y el director de la CIA, William Burns.
De acuerdo con un comunicado la Presidencia egipcia, las conversaciones entre Al Sisi y Burns, junto con el jefe de la Inteligencia egipcia, Abás Kamel, se centraron en la liberación de rehenes, pero también abordaron “los objetivos del alto el fuego, proteger a los civiles y activar la solución de los dos Estados”, con la creación de un Estado palestino independiente.
Ningún representante de Hamás, que controla la Franja de facto desde 2007, estuvo presente en el encuentro, según detalló una fuente del grupo a Al Jazeera, que aseguró que “las comunicaciones continúan a través de los mediadores”.
Pese a las negociaciones para un alto al fuego temporal que podría durar unas seis semanas, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel, el teniente general Herzi Halevi, anunció ayer muchos más meses de combates antes de concluir la ofensiva.
“Todavía queda un largo camino por recorrer antes de que podamos alcanzar los objetivos de la guerra. Necesitamos eliminar a los altos dirigentes (de Hamás), eliminar a más comandantes y agentes del enemigo, devolver a los civiles a sus hogares sanos y salvos y traer a los rehenes a casa: una misión suprema y una obligación moral”, dijo Halevi en una visita a tropas en Gaza.
Halevi advirtió que “la guerra está mutando”, pero que las tropas están progresando según lo planeado, aseguró, con combates contra objetivos específicos en el norte del enclave y en Jan Yunis, destruyendo “todos los activos estratégicos de Hamás en la ciudad antaño considerada su bastión” en la zona sur.
El teniente coronel también reconoció que el ejército está promoviendo el “alistamiento inmediato” a fin de “reponer fuerzas y liberar” a algunos reservistas que “tendrán que ser llamados nuevamente”, y reiteró que la guerra no se detendrá hasta la liberación de rehenes y el regreso a casa de los residentes fronterizos.
“Otros intentos no tuvieron éxito o incluso fracasaron; (pero) no dejaremos de intentarlo y lo haremos con responsabilidad”, añadió, aludiendo implícitamente a las críticas, sobre todo internacionales, por la muerte de unos 100 civiles en Rafah, sur de Gaza, durante la misión de rescate de los rehenes argentinos.
Una cifra de víctimas mortales similar a la que se produjo de nuevo, en la madrugada de ayer madrugada, con 133 muertos en Gaza y 168 nuevos heridos, según el Ministerio de Salud gazatí, lo que aumentó el número de fallecidos en 130 días de guerra a 28.473.
Los bombardeos israelíes azotaron el centro del enclave palestino, pero se concentraron en el sur de la Franja, sobre todo en Jan Yunis, donde el ejército aseguró ayer haber detenido y matado a “decenas de terroristas” en la zona de Abasan al Saghira.
Algunos gazatíes desplazados en Rafah, punto más meridional del enclave cercado donde buscan refugio más de 1,3 millones de personas, están ya intentando regresar a Jan Yunis o al campamento de refugiados de Maghazi (centro), debido al creciente bombardeo y al miedo de una ofensiva terrestre inminente.
“Sobreviví (al bombardeo israelí), pero mi mente no”, detalló desde Rafah ayer a través de mensajes de texto una doctora palestina de la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF), donde aseguró haber escrito los nombres de sus hijos en “muñecas y piernas” por si no sobreviven otra noche.