La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, desveló hoy su "Plan Mattei", un programa de proyectos en educación, agricultura o energía en África con el que, entre otros objetivos, pretende frenar la inmigración desde ese continente vecino.
"Nunca detendremos la inmigración ilegal de masa ni derrotaremos a los traficantes de seres humanos sin afrontar las causas que empujan a una persona a abandonar su casa", sostuvo en la apertura de la cumbre Italia-Africa, celebrada en la sede del Senado romano con la presencia de representantes de decenas de países africanos e instituciones.
Meloni defendió que África "no es un continente pobre", pues posee el 30 % de los recursos minerales del planeta y el 60 % de las tierras cultivables, pero llamó a brindar al continente alternativas de "oportunidades, trabajo, educación y de inmigración legal".
Para ello, el Gobierno italiano ha preparado el "Plan Mattei", un programa de proyectos por más de 5.500 millones de euros (casi 6.000 millones de dólares) entre créditos y garantías. Cerca de 3.000 millones saldrán del Fondo Italiano para el Clima y 2.500 millones del Fondo para la Cooperación al Desarrollo.
El objetivo, según Meloni, es instaurar un nuevo paradigma en la relación con África, "de par a par y lejos de cualquier tentación depredadora o caritativa", resumió la primera ministra italiana.
El programa se focalizará en cinco grandes sectores -Educación, Sanidad, Agricultura, Agua y Energía- y ya se han ideado varias intervenciones en países subsaharianos y magrebíes.
Por ejemplo, pretende construir un gran centro de formación sobre energías renovables en Marruecos y arreglar escuelas en Túnez.
Asimismo, aspira a mejorar la calidad de la atención primaria con inversiones en los hospitales de Costa de Marfil o apoyar la producción de cereales con inversiones en maquinaria y tecnologías agrícolas en Egipto.
Meloni anunció proyectos pilotos para crear depuradoras de agua en Túnez e irrigar un área de 8.000 hectáreas, la construcción de pozos en la República del Congo y planes para enseñar en las universidades de Etiopía técnicas de recuperación del agua.
La primera ministra italiana dijo que esta inversión inicial "no basta" y avanzó su intención de implicar a bancos multilaterales y otros donantes, también privados, ofreciéndoles un nuevo instrumento financiero con el banco público Cassa Depositi e Prestiti para agilizar eventuales inversiones en los proyectos del "Plan Mattei".
Y prometió que África ocupará "un puesto de honor" en la agenda de la presidencia de turno italiana del G7, durante este 2024.
"Italia y Europa, y diría el mundo entero, no pueden razonar sobre el futuro sin tener en cuenta a África", reivindicó.
El Gobierno italiano quiere estrechar lazos con África por varios motivos: primero para contener el flujo migratorio que llega a sus costas por el Mediterráneo central desde el litoral de Libia o Túnez (más de 157.000 inmigrantes solo en 2023).
Pero también por cuestiones estratégicas como la energética, ya que Italia está conectada con el continente africano por dos gasoductos submarinos (lo que ha permitido sustituir a Rusia con Argelia como primer vendedor de gas tras la guerra de Ucrania).
El "Plan Mattei" fue bien recibido por los líderes africanos aunque el presidente de la Comisión de la Unión Africana (UA), Moussa Faki, dijo, a modo de reproche, que les gustaría haber sido consultados durante su preparación.
En cualquier caso, celebró este "nuevo paradigma de colaboración" pero reclamando "pasar de las palabras a los hechos".
El presidente de la UA, Azali Assoumani, aseguró tener "grandes expectativas" por la actual presidencia italiana del G7: "Estamos a vuestra disposición para realizar intercambios basados en los intereses de nuestros países", alegó.
Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula Von der Leyen, destacó la necesidad de "detener la trágica pérdida de vidas a lo largo de las rutas migratorias" y prometió cooperar para la repatriación de inmigrantes irregulares.
"La movilidad debe ser gestionada por la ley no por los traficantes", alegó.
Parte importante de la oposición de Meloni criticó estos planes como una "gigantesca operación propagandística" y "neocolonial", en palabras del líder de la Izquierda Italiana, Nicola Fratoianni.
El portavoz del Partido Demócrata, Peppe Provenzano, destacó que el programa carece de datos y objetivos así como de recursos porque no tiene "ni un solo euro más de los fondos ya existentes", pues los 5.500 millones saldrán de partidas para el clima y el desarrollo.