La vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca a partir del 20 de enero también influirá en el complicado tablero del Magreb, donde un Marruecos más envalentonado al recuperar a un gran aliado de su causa podría adoptar una postura más asertiva de cara al exterior y aumentar la presión para ganar más apoyos para la marroquinidad del Sáhara. Un escenario de este tipo podría terminar pasando factura a España, coinciden los expertos.
Un mensaje de Trump en redes sociales en diciembre de 2020, apenas un mes antes de abandonar la Presidencia, es en gran medida el responsable de que en marzo de 2022 España secundara el plan de autonomía marroquí para el Sáhara como “la base más seria, creíble y realista” para una solución y de que en julio pasado Francia hiciera lo propio e incluso fuera un poco más allá, al afirmar que “la autonomía bajo soberanía marroquí es el marco en el que esta cuestión debe resolverse”.
Entonces, Trump sostuvo que el plan de autonomía presentado en 2007 “es la única base para una solución justa y duradera para la paz y prosperidad”. “Marruecos reconoció a Estados Unidos en 1777. Es, por tanto, apropiado que nosotros reconozcamos su soberanía sobre el Sahara Occidental”, dijo. Sin embargo, la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca paralizó todo, aunque no hubo marcha atrás en el reconocimiento del Sáhara como marroquí.
En opinión de Eduard Soler, profesor de Relaciones Internacionales de la UAB, es muy probable que Trump resucite este proyecto que de concretarse podría llevar a Marruecos a “aumentar la presión sobre España para que haga cosas parecidas”. Aunque no cree que Rabat plantee la apertura de un consulado en la que fue colonia española hasta 1975, sí que podría buscar otros “gestos”.
El que Trump respalde a Marruecos podría suponer un mayor riesgo de que Rabat “no se sienta satisfecho” con lo que le ofrezca España e “intente activar la palanca de siempre: la migratoria”, admite Soler, para quien el hecho de que el futuro presidente estadounidense tenga “más simpatías” a priori por Marruecos que por España “supone un reto” añadido en caso de que se produjera una nueva tensión entre los dos países como la vivida con el asalto masivo de Ceuta en 2021, advierte.
Con todo, este experto incide en que Rabat tendrá que hacer sus cálculos y “pensar hasta qué punto le interesa debilitar al Gobierno español”. “Tiene que medir bien y no pasarse de frenada si no quiere generar una situación política que les vaya a la contra”, subraya, al tiempo que admite que “Marruecos siempre va a querer más”.
Además, Soler alerta de otro riesgo que podría en último término perjudicar a España: un aumento de la tensión y la rivalidad entre Marruecos y Argelia que pueda desembocar en un enfrentamiento directo entre los dos países, que compiten por la hegemonía en el Magreb.
“Argelia se puede sentir un poco amenazada” e incluso “acorralada” si Trump prosigue con su iniciativa de reconciliar a los países árabes con Israel en el marco de los llamados Acuerdos de Abraham, uno de cuyos firmantes es precisamente Marruecos.
Soler cree que si Marruecos se ve respaldado, y mantiene su colaboración con Israel, hay un “mayor riesgo de enfrentamiento con Argelia y de que considere que es su momento”, con las consecuencias que ese conflicto podría tener en España. Del mismo modo, añade, en este contexto, “Argelia podría sobrereaccionar porque se siente en inferioridad y considere que es momento de parar ya a Marruecos”.