El primer ministro neerlandés, Mark Rutte, advirtió de que una invasión israelí a Rafah, en el extremo sur de la Franja de Gaza, será “un punto de inflexión” y “un desastre humanitario” que traerá “consecuencias políticas”, incluidas sanciones, desde Países Bajos, un mensaje que transmitió a Israel y al Parlamento neerlandés.
En respuesta a preguntas del Parlamento, Rutte aseguró que ya transmitió a su homólogo israelí, Benjamin Netanyahu, que el acceso a la ayuda humanitaria debe ser la “prioridad” actual y que si cumple su amenaza de invadir Rafah, será “un punto de inflexión” y “un desastre humanitario” que acarreará consecuencias para Israel.
"Entonces, el gobierno se reunirá inmediatamente para considerar nuestras opciones. Este es un momento que tendrá consecuencias", prometió Rutte a los diputados, subrayando que, por ahora, no hay indicios de que esa invasión sea “inminente”.
Según el primer ministro liberal, Países Bajos está en una posición diplomática que ha permitido “tomar pequeños pasos” desde que comenzó la guerra israelí en Gaza en octubre, y subrayó que “ahora queremos ver grandes pasos por parte de Israel”, pero descartó romper las relaciones con Netanyahu. “Dejar de hablar no lleva a ningún sitio”, dijo.
No obstante, “las sanciones no están descartadas” y tal ataque tendrá “consecuencias políticas” para Israel, algo de lo que -aseguró- el propio gobierno israelí es “consciente”.
El Gabinete de Guerra de Israel recibió a finales de febrero el plan diseñado por el Ejército para expandir su ofensiva terrestre dentro de la Franja de Gaza a Rafah, así como un plan de evacuación de civiles, aunque no han trascendido los detalles de a dónde tienen previsto trasladarlos, ya que todo el enclave está prácticamente devastado.
Más de un millón de gazatíes ya fueron evacuados de la mitad norte del enclave a finales de octubre, y muchos se fueron directamente a Rafah, el lugar más lejano entonces de los tanques israelíes, y donde viven ahora en campamentos de tiendas y condiciones de pobreza. Rutte señaló que tiene “serias preocupaciones” sobre la situación humanitaria en toda Gaza, pero rechazó acusar a Israel de usar el hambre como un arma de guerra. “Eso tendrá que determinarse de forma independiente”, señaló.
La guerra israelí en Gaza se ha cobrado ya la vida de más de 31.800 palestinos y ha causado heridas a unos 74.000 desde el inicio de la ofensiva el pasado 7 de octubre, tras el ataque del grupo islamista Hamás a Israel, que causó 1.200 muertos.
Al menos 62 exembajadores neerlandeses han firmado una carta de condena de la política del Gobierno de Mark Rutte hacia Israel y rechazan que Países Bajos “persista en apoyar y tolerar indirectamente crímenes de guerra israelíes graves y a gran escala en Gaza y otras áreas palestinas ocupadas”.