Pasan los años y se mantiene en buena forma. Eso al menos, que al final es lo importante, es lo que creen los profesionales de la cerámica que están presentes desde ayer en la vigésimo novena edición de Alfaroleiros. Un certamen que inauguró el alcalde, Ángel García Seoane, rogando a los miles de visitantes que, se espera pasen hasta el domingo por el parque Luis Seoane de Santa Cruz, “enchan os petos de cartos dos oleiros e tiren os plásticos que teñen nas cociñas”.

El regidor, que estuvo acompañado, entre otros, por el concejal de Carballo, Xosé Regueira, en calidad de representante de la Diputación, aprovechó para solidarizarse con la Asociación Oleira de Buño y criticar la gestión política del Ayuntamiento de Malpica en la organización de la Mostra de Olería, que se inaugura hoy sin presencia de alfareros.
Precisamente, el buñense Gonzalo Añón, de Alfarería Aparicio, no estará en la localidad malpicana porque de nuevo opta por estar presente en Santa Cruz.

“Este é un sitio moi bonito. É unha das feiras máis importantes e se non hai moito sol de seguro que haberá moi boas ventas”, dice este profesional que lleva 29 años acudiendo a Oleiros.
De un punto bastante más alejado como es la salmantina Alba de Tormes comparecen Tomás Pérez y su padre. Transcribir el nombre de su negocio sería reiterativo y los motivos de su presencia son económicos, hospitalarios e incluso meteorológicos.
“Es una feria muy buena. Nos gusta cómo nos trata la gente y aunque llueva se está muy bien”, indica el vástago, que tiene muy claro que mal se tiene que dar hasta el próximo domingo, que se clausura el certamen, para que la venta no sea buena.