Las maldiciones no son exclusivas de Egipto. El municipio de Oleiros tiene su particular condena. La de los postes eléctricos y telefónicos es más prosaica y trivial que, por ejemplo, la del monarca Tutankamon pero también genera su ‘literatura’. La provocada por el interminable intercambio de los soportes del viejo tendido energético por otros nuevos en la vía provincial DP-5810 que enlaza los núcleos de Montrove y Santa Cruz. 

Si en octubre del año pasado, el alcalde oleirense, Ángel García Seoane, denunciaba que tanto Naturgy como Telefónica remoloneaban a la hora de llevar a cabo el cambio de los postes, en 2024 la problemática se centró en que una vez los nuevos soportes ocuparon el lugar de los antiguos el espacio elegido no era el más adecuado.

“Primeiro non os daban posto e cando decidiron poñelos, póñenos mal e hai que quitalos”, se lamentaba en su momento el regidor, molesto porque la incidencia iba a suponer una nueva paralización en la construcción de una senda peatonal y la ampliación de la calzada en las inmediaciones del pazo de Lóngora.
No obstante, los trabajos se han vuelto a retomar con la recolocación de las estructuras a un nivel inferior al que ocupaban con anterioridad. La operación, que está previsto finalice a lo largo de esta misma semana, implica el establecimiento de un dispositivo especial de tráfico consistente en regular el tránsito de vehículos con un semáforo y el corte de un carril.

Cabe recordar que el proyecto pertenece a la Diputación y que el Gobierno provincial destina a esta reforma, que mejorará la seguridad vial, un montante económico de 176.000 euros.