Las responsables máximas -Podemos y PSOE con Sanchez de gran mascarón lo hicieron Ley- de que ya mas de 720 violadores y delincuentes sexuales hayan visto reducidas sus penas y casi 80 puestos en libertad antes de tiempo por su chapuza diarreico-ideológica de ley van a salir este próximo 8-M a las calles con una consigna: echarnos la culpa de su desbarre y sus consecuencias a los demás, desde jueces a cualquiera por el hecho de ser hombre, ponerse a parir entre ellas y desgañitarse a gritos proclamando que son las verdaderas feministas y mas grandes defensoras de la mujer que la humanidad mundial haya conocido hasta el momento.
Son un total hasta el momento -acabarán por ser miles- de mas de 700 razones para pedir perdón y dimitir. Pero no habrá ni media disculpa. Al contrario. Insultarán la inteligencia y nos anegarán de propaganda. Los malos, la perversión, serán siempre los otros. Jamás asumirán una responsabilidad. No pueden tenerla, son la bondad universal.
La verborrea compulsiva de la ministra de Igualdad, apoyada por su corte y coral, se apoderará del escenario para culpar, criminalizar e intentar tapar con el vocerío la realidad mas atroz: que son precisamente ellas mismas quienes han beneficiado y libertado a los criminales. Que su dislate supone el mayor de los regalos para ellos y que, aunque con retraso de meses, tras negarse a escuchar avisos y resistido contumazmente la evidencia, se ha recosido contra su voluntad el desgarro legal (habrá de ser la “maligna” derecha quien ayude a Sánchez a sacar la pezuña del cenagal) no se podrá detener la hemorragia. Esta, irremediablemente, continuará.
Los beneficios de la malhadada y envanecídamente bautizada como Ley del Sí es Sí, sí que serán, y eso es lo que sí que duele aún más, de obligado cumplimiento jurídico seguirlos aplicando a todos quienes hasta el momento de su derogación y reforma se hayan acogido o puedan acogerse por la fecha de sus delitos y juicios a ella. La judicatura, a traves de CGPJ, ha estimado que podrían alcanzar a 4.000 los criminales beneficiados con rebajas. ¿Y cuantas son las víctimas con ello agraviadas y expuestas a las que se les ha revivido y aumentado el dolor?.
Eso no lo quieren ni ver ni mentar. Eso, que es lo esencial, es de lo que no se oirá ni una palabra. Esas cifras aterradoras que esconden detrás las caras de quienes fueron las agredidas, las violadas y los niños abusados. De eso ni Podemos, inductores, ni le PSOE, colaboradores imprescindibles y entusiastas, persisten en decir que la “ley es muy buena”, no quieren ni oír hablar. Porque no se avergüenzan en absoluto de ello. Eso “Sí que No”. Eso, jamás.
Los sanchistas han optado por escurrir el bulto de la responsabilidad en el costurón, taparlo con un “ya lo hemos arreglado y aquí no ha pasado ná”! y seguir con la monserga y sacando conejos de la chistera para distraer, la jugada de la cremallera que han echado a volar. La jugada podemita es más montaraz, “sostenella y no enmendalla” y echarse al monte además. Supongo que piensan, así lo parece al escuchar a quien sigue siendo el jefe de la granja y del corral, Pablo Iglesias, es que es el momento de extremar la tensión para así recuperar al votante radical. La razón y el sentido común dirían que mala trocha es esa, pero a lo que ha llegado cierta parte de nuestra sociedad y el potaje de delirio y odio sembrados, puede salir por cualquier lado.
Porque lo alucinante en verdad es que lo que son más de 700 razones para avergonzarse, pedir perdón a las victimas ofendidas y dimitir, se clamoreen como gran acierto y se proclame como gran adalid y defensora de la mujeres a quien ha sido, está siendo y será la gran benefactora de sus agresores y violadores. Pero es lo más que previsible que el 8-M oigamos gritar