Brasil, México, Uruguay, Chile, Argentina y República Dominicana son los primeros países en confirmar este año su presencia en el Festival de Cine Iberoamericano. Entre todos aportan siete largometrajes, que comparecen en el certámen onubense precedidos por su éxito en diversos encuentros cinematográficos internacionales, filmes caracterizados por una notable presencia femenina en las tareas de dirección así como por su incursión en los problemas sociales.

Por su parte, el brasileño Marcelo Caetano en “Baby”’, coproducción con Francia y Países Bajos, aborda la deriva de un joven, recientemente liberado de un centro correccional, al tener que enfrentarse a su nueva situación en las calles de la gran ciudad carente de toda suerte de apoyos.

El méxicano César Díaz acerca en “México 86” la figura de una activista guatemalteca que, significada por su lucha contra la dictadura militar de su país, se ve en la necesidad de huir a México.

El también mexicano Pierre Saint-Martin Castellanos, apuesta por el blanco y negro en su ópera prima “No nos moverán”, coproducción con Brasil, Uruguay, Chile, Argentina y República Dominicana, en la que se ocupa de la lucha de una abogada, presa de su obsesión por encontrar al soldado que mató a su hermano en Tlatelolco, en el curso de la masacre estudiantíl de 1968.

“Agarrame fuerte”, historia de fraternidad y celebración de la amistad vivida por una mujer que ha perdido a su mejor amiga es el tema tratado por las uruguayas Ana Guevara y Leticia Jorge en su segundo largometraje.

Así mismo, el dominicano Yoel Morales estará en el Festival de Huelva con su tercer largometraje, “La bachata de Biónico”, donde presenta a un romántico empedernido, adicto al crack, que debe tomar el control de su vida antes de que su prometida salga de un centro de rehabilitación.

“Sariri”, ópera prima de la chilena Laura Donoso, trata una historia de mujeres que viven bajo las estrictas reglas masculinas en La Lágrima, pueblo minero perdido en el desierto.

Por último, la coproducción hispano-argentina “Linda”, ópera prima de Mariana Wainstein, se centra en la infuencia y el poder de una empleada doméstica, que revela secretos y fantasías eróticas de la familia para la que trabaja y en cuyos miembros despierta una atracción sorprendente.