Match Point

No soy yo muy de Woody Allen pero no puedo negar que tiene varias obras maestras en su filmografía. Una de ellas, “Match Point”, mi favorita, filosofa a su manera sobre la necesidad de tener suerte en la vida, no solo talento, para salirte con la tuya. Un segundo de suerte o mala suerte pueden cambiar el rumbo de tu existencia. Hemos pasado unos días en los que la suerte fue fundamental, sin contar  además que el Match Point estuvo del lado de Alcaraz. Me refiero a la Selección Española de Fútbol, flamante campeona de Europa. No me digan ustedes que el cabezazo salvador de Dani Olmo no es cuestión de suerte. Ojo, también de talento, que eso se entrena, pero…ah, la suerte. Estar en el momento justo en el lugar adecuado. Por cierto, no sé si se han acabado las protestas woke sobre la celebración de los jugadores, que en vez de pedir la paz en el mundo y el fin de las hambrunas de África como las mises se dedicaron a disfrutar, a beber como cosacos y a  vacilar a los pobres ingleses pidiendo a gritos un Gibraltar Español y desataron las iras de algunos que odian el colonialismo a menos que la colonia sea en España. Cabalgando contradicciones.


Hablando de la suerte, ahí está Trump. Un simple giro de cabeza, un nanosegundo, una brisa. La separación entre la vida y la muerte. La Baraka. Un señor se sube a un tejado como en una mala película y se dedica a disparar al candidato a la presidencia de la primera potencia mundial. La seguridad ni estaba ni se la esperaba, una señora no era capaz de enfundar su pistola, un pelirrojo avisando de que había un fulano en la terraza con malas intenciones, Trump con la gorra de la Biona y un traje, y ahora con un trozo de oreja menos, como Van Gogh. Y un pobre bombero muerto. En el mundo de los drones capaces de ver si has construido un galpón en tu chalet de la playa, un señor se paseaba con un arma tan tranquilamente en un mitin Republicano. Lo que es seguro es que Biden no lo organizó, ocupado como está en intentar besar señoras que no son su mujer. 


En fin, somos campeones de Wimbledon y de Europa. Soy español, a qué quieres que te gane. Y encima Coruña sede del Mundial. Como en LaKouNeno somos así, ya han empezado las discusiones y las protestas del Depor. Un montón de ciudades frustradas y nosotros, como siempre, con ganas de jaleo. Aquí no puedes ni parpadear sin que haya una rabieta del Deportivo con el Concello. 
Para jaleo el que hay montado con el sindicato de la basura. Arde Coruña y no solo por el Mundial. Arde de verdad: contenedores quemados, coches quemados, fachadas quemadas, todo lleno de basura y las  ratas y  las gaviotas dándose un festín entre graznidos y de postre, paloma, que son proteínas de alta calidad. El lunes hay un Match Point entre la alcaldesa y los del sindicato. Esperemos que todo se solucione cuanto antes. No podemos vivir como si fuéramos un vertedero viviente. Somos la Ciudad de Cristal, no un suburbio de país bananero. Y yo me pregunto…¿Aún se puede decir país bananero? Igual hay que cambiarlo por país en vías activas de desarrollo transversal, igualitario y resiliente.
Y no se olviden, la próxima semana hablaremos del Gobierno.

Match Point

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