Papel de la mujer en la Iglesia

En los últimos tiempos es mucho lo que se lleva escrito sobre el papel de la mujer en Iglesia. Distintos especialistas han dejado constancia de que la labor de las féminas en el marco eclesial debe ser revisada y, sobre todo, mejorada en sus participaciones y presencias directas teniendo en cuenta los tiempos que corren donde la igualdad está a la orden del día de las actuaciones diarias.


Me hago eco de este tema ya que Santiago será la sede de una mesa redonda en la que se va a analizar el papel de las mujeres en la Iglesia. Se hará con motivo del Día Internacional de la Mujer a modo espacio de reflexión y diálogo. De la organización se encarga un colectivo, Iglesia por el Trabajo Decente, integrado por distintas entidades que desarrollan su misión en el campo de lo social.


El evento tendrá lugar el jueves 6 de marzo a las siete de la tarde en el salón de actos del Instituto Teológico Compostelano. Allí cuatro mujeres muy vinculadas con su trabajo en la Iglesia será las encargadas de debatir algo que sigue estando muy en el ambiente diario de la misión eclesial: Fátima Noya, delegada Episcopal para las Misiones; Macamen Díaz, religiosa de la Compañía de María; Pilar Farjas, directora de Cáritas Diocesana de Santiago de Compostela, y Eugenia González, responsable UPAs. Ellas representan cuatro campos de actuación muy distintos que van desde las misiones, pasando por la ayuda a los necesitados, los colectivos parroquiales y el trabajo religioso en una congregación.


La presencia de la mujer no sólo en la vida eclesial ordinaria, sino en ministerios jerárquicos, sigue siendo punto de reflexión por parte de especialistas muchos de los que llegan más haya y se posicionan con la posibilidad de la ordenación. Se hace también hincapié en que son las mujeres quienes más participan en las celebraciones como son las catequesis o las áreas de la pastoral social. No se puede olvidar su trabajo en las iniciativas parroquiales. Así podíamos seguir enumerando sus presencias en los campos eclesiales en los que su participación es más que significativa.


De todos modos en muchos círculos de opinión se sigue insistiendo en tres conceptos esenciales: diaconado, presbiterado y episcopado.


Hay quien dice que la Iglesia es femenina, es esposa, es madre. Profundizan más cuando insisten en que no se puede entender una Iglesia sin las mujeres. Y para reafirmar estos comentarios recordamos unas palabras del Papa  Francisco en uno de sus viajes: “Una iglesia sin las mujeres es como el Colegio Apostólico sin María. El papel de la mujer en la Iglesia no es sólo la maternidad, sino que es más fuerte: es como el icono de la Virgen, Nuestra Señora; ¡aquella que ayuda a crecer a la Iglesia! ¡Piensen que Nuestra Señora es más importante que los Apóstoles! ¡Es más importante!”.


De todos modos el debate de la presencia de la mujer en Iglesia está totalmente abierto. En Santiago esperamos que las cuatro mujeres muy activas en el campo eclesial dejen sentados posicionamientos claros. De todos modos no creo que profundicen en lo relativo a su posible ordenación. Es un tema cerrado desde las épocas del papa Juan  Pablo II. Mi opinión es que entre todos debemos trabajar e incidir en una mayor presencia de las mujeres en campos como son los consejos parroquiales, centros de formación teológica, en la preparación de los futuros sacerdotes, o en los terrenos pastorales no sólo parroquiales, sino también diocesanos. Estos aspectos son fundamentales para conseguir metas mayores. La mujer, afirmo, debe tener una presencia mayor y más real dentro del conjunto de la Iglesia. No puede haber itinerarios distintos entre hombres y mujeres.

Papel de la mujer en la Iglesia

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