Si ha habido alguna decisión errónea, compartida por Moncloa y Zarzuela, esta ha sido la expulsión de España del Rey emérito. Esta posición la he mantenido desde el minuto uno y la sigo manteniendo. El que fuera Jefe del Estado debería haber permanecido en España por incómoda que su presencia pudiera resultar. Un país fuerte debe saber convivir con sus miserias, con sus contradicciones, y con sus mangantes que los hay y muchos. Cuando la decisión inicial es errónea, la gestión de la misma no es fácil. Lo estamos viendo con la visita del emérito de este fin de semana. Cuando ya se sabía dónde iba a vivir, quién iba a ser su anfitrión, Zarzuela da a conocer un comunicado en el que se confirma algo ya sabido y que será el lunes cuando se reúna con su familia. Estará solo un ratito porque su residencia “permanente” será Abu Dhabi, que es tanto como expulsarle de su país por segunda vez. Le dicen al emérito que no se haga ilusiones, que a España solo de visita y contento.
Se le reprocha que su visita va ser poco privada. De verdad, ¿alguien creía que su primera visita a España podía pasar desapercibida?. ¿No es privado estar con sus amigos de siempre?. ¿Hasta eso se le va a negar a quien ha sido Jefe de Estado durante cuarenta años y que, por pura biología, está en el tramo final de su vida?
Nadie puede dar por buena su conducta personal de los últimos años, pero nadie debería olvidar que como Jefe de Estado cumplió con creces lo que la historia le había encomendado. Renunció a todos los poderes y fue un baluarte esencial de la transición democrática, además del mejor embajador que nunca ha tenido España. No estoy muy segura de que, por ejemplo, Marruecos se hubiera encampanado si Juan Carlos continuara siendo jefe del Estado.
Desde la izquierda y desde el propio Gobierno se le exige que dé explicaciones a la ciudadanía como le gusta decir a Irene Montero. Me gustaría que, efectivamente, las diera pero que las diera todas y sin filtro. Es el único que no ha hablado pero aunque lo hubiera hecho o lo pudiera hacer en el futuro, ¿alguien cree que quienes se las exigen se darían por satisfechos?. En absoluto porque, como en otras tantas ocasiones, no se trata tanto de saber la verdad como de emprender una operación de desgaste. Que nadie se engañe. Detrás de determinadas exigencias se busca desgastar no a Juan Carlos, que ya es pasado, sino a Felipe VI que ha establecido un cordón sanitario con su padre para proteger la institución.
A don Juan Carlos nunca debieron expulsarle de España. Mejor hubiera sido que se quedara y aquí, en España, llevando una vida tan discreta como la de la Reina Sofía que casi nunca se sabe dónde está. Una vez cometido el error, ahora queda gestionar la situación a la que se le debería dar normalidad, sin miedo a que la gente le pueda aplaudir, que le aplaudirá, en tierras gallegas.
Por si el Rey emérito se había hecho alguna ilusión de pasar los últimos años de su vida en su país, en España, Zarzuela ya le ha recordado, ya nos ha recordado a todos, que su residencia permanente es Abu Dhabi. Como lo pactado es que solo esté un ratito, el lunes volverá a su jaula de oro y aquí algunos seguirán pensando que se está haciendo lo correcto. Creo que es absolutamente incorrecto que el Rey Juan Carlos no pueda vivir en España y así será hasta que llegue el susto.