Con lo que cuesta escribir un libro! Lo sé bien porque yo los escribo, de manera que cada vez que un famoso, sea el Presidente del Gobierno, una influencer, una actriz, un empresario o un “guru” de algo, de repente publican un libro, siento una cierta desconfianza. La mayoría de las veces les escriben el libro, ellos pueden dar unas cuentas ideas o contar sus vidas al “negro” de turno, pero la realidad es que el libro se lo escriben, no lo escriben. Y sí, fastidia un poco precisamente porque quienes escribimos libros sabemos el esfuerzo, las horas que se convierten en semanas, meses y años, que se necesita para escribir un libro.
Ya se sabe quién ha escrito el libro de Sánchez, o al menos se reseña quién es la autora del mismo, una escritora que sin duda sabe lo que se hace, vamos, que escribe bien. Pero que el Presidente se nos presente como autor de un nuevo libro es pura impostura. Sería más honrado por su parte que dijeran que es un libro de conversaciones, ni más ni menos.
Y es que una conversación trasladada al papel y convertida en libro es una cosa, ahora firmar un libro que no se ha escrito es lisa y llanamente una engañifa.
Les diré que he leído buena parte del libro, no todo porque realmente hay que hacer un esfuerzo para soportar ese ego desmedido que rezuma en sus páginas. El ego de un hombre que se cree providencial, que presume de haber sido capaz de hacer frente a crisis extraordinarias, por ejemplo el Covid, como si el resto de los gobernantes del mundo no hubieran hecho lo mismo. La necesidad obliga. En cuanto al título, Tierra Firme, me lleva a pensar que el Poder es la Tierra firme de Sánchez pero que el precio que ha pagado por el poder ha situado nuestro país en tierras movedizas.
El libro es un ejercicio de egocentrismo de un hombre que justifica cuanto hace, aunque sea lo opuesto de lo que ha prometido.
No, no tiene el “síndrome del impostor”, no parece dudar de cuanto ha hecho y hace, es tal la vanidad que rezuma que se lo debería de hacer mirar.
Y me refiero al “síndrome del impostor” porque es común sobre todo en muchas mujeres, entre las que me encuentro, que tenemos esa inseguridad de base que nos hace cuestionar lo que hacemos y cómo lo hacemos.
En el libro Sánchez se da un autobombo que no diré que me sorprende, porque en realidad no me sorprende, ya que se ha llegado a creer su propio personaje, ese que le han creado los publicistas y los asesores de imagen con los aplausos de los “pelotas” que le rodean.