Los usuarios de nuestra sanidad pública, sobre todos los que tenemos más edad, hemos sido testigos de las mejoras, de los cambios, que se han ido produciendo en los contactos más permanentes que son los referidos a la atención primaria, el médico de cabecera o de familia, como se les ha conocido siempre. Desde aquellas épocas en las que había que esperar el turno de forma presencial para que la enfermera recogiera las recetas, que cubría a mano, para que luego el médico las firmara después de comprobar los tratamientos para los que se debían aplicar. De aquellas etapas que colapsaban los centros de salud y ambulatorios, pasamos, gracias a la receta electrónica, a la dispensación vía telefónica. Los pacientes recibimos, a la hora fijada de antemano, una llamada de nuestro facultativo en la que además de preguntarnos qué productos precisamos, nos hace una pequeña consulta telefónica para saber cómo estamos siguiendo el tratamiento ya establecido. Esto es lo que se conoce como atención telefónica a la que desde un principio fueron muy reacios usuarios que tenían como punto de encuentro y referencia acudir semanalmente a los ambulatorios generando un colapso que originaba que los pacientes no pudieran ser atendidos en tiempo real. Con la medida los médicos podían racionalizar mejor su trabajo sabiendo siempre el número de personas que tienen que atender para una consulta médica descartando los de dispensación habitual de fármacos.
En todo este proceso nos tenemos que hacer eco de una noticia de gran calado y de suma importancia para acortar las citas médicas para que el paciente reciba su medicación. Se trata del acuerdo suscrito entre el Sergas y los Colegios de Farmacéuticos de Galicia por medio del que las farmacias podrán dispensar medicamentos considerados como no demorables y de utilización habitual y frecuente por parte de los pacientes. Desde el departamento sanitario de la Xunta se señala que con esta medida se busca resolver con agilidad situaciones urgentes cuando las personas que acuden a la farmacia no disponen de medicación para las 72 horas siguientes y eso pueda provocar efectos no deseados para su salud, señalaron de manera oficial haciendo hincapié en que con la dispensación se pretende evitar algún riesgo para el paciente por la falta de los medicamentos prescriptos. Citar que entre los fármacos considerados como no aplazables se incluirían los medicamentos para terapias muy determinadas y que disponen de largos tratamientos.
En relación con el tema de los pacientes que solo acuden a los servicios sanitarios para que se les renueven sus medicamente, desde el Sergas se ha mencionado que el año pasado fueron realizadas del orden de tres millones de consultas de atención primaria y que de ellas una de cada diez tenían únicamente como misión las recetas médicas.
Y termino pensando en voz alta en relación a las mujeres y hombres que nos atienden en las farmacias. ¿Para cuándo dejarán de tener que cortar los cupones de las medicinas dispensadas como si se tratase de una cartilla de racionamiento? Hace pocos lunes que estuve unos días de asueto en tierras de Benidorm y cuando fui a la botica a buscar un fármaco que se me había acabado, comprobé que la farmacéutica no cortaba, con el famoso cúter, el cupón del producto dispensando. Se habían sumado, por fin, a la modernidad de las épocas de la informatización y la inteligencia artificial. Seguir haciendo el trabajo manual me parece una gran pérdida de tiempo y un elevado riesgo puesto que si el cupón no llega a su destino, en nuestro caso el Sergas, pegado en unas hojas más que caducas, el farmacéutico/a no cobra la medicina. Ver para creer.