¿Cómo afecta la depresión y qué puede ayudar a superarla?

¿Cómo afecta la depresión y qué puede ayudar a superarla?
Chicha García en Centro Orienta (Ferrol) | CEDIDA

“Un infierno que conlleva parálisis, falta de sentido. Una sencillamente quiere morir. No morir, sino dejar de existir sencillamente hasta que esto haya pasado”. Así se refería la novelista estadounidense Patricia Highsmith a uno de los trastornos psiquiátricos más antiguos de los que se tiene constancia que ella misma experimentó: el trastorno depresivo. 

 

Según el informe de la Fundación Fundamed, la depresión es la enfermedad mental más prevalente en nuestro país. Los datos de la Encuesta Europea de Salud de 2022 apuntan que el porcentaje de población que sufre depresión en la comunidad gallega es mayor al de la media española.

 

El trastorno depresivo se relaciona con la oscuridad. Una enfermedad que quita luz y las ganas de brillar. “Ya no te hace feliz nada, tu comida favorita ya no sabe bien, la canción que te hacía bailar no despierta nada en ti, no te ríes, no tienes ganas de hacer el amor, ni de estar con tu gente. Sólo te acuestas con la esperanza de que a la mañana siguiente no abras los ojos y todo se acabe por fin”, declara Valeria –el nombre es ficticio, ya que prefiere mantenerse en el anonimato–.

 

Cada vez más gente se apaga. El suicidio se mantuvo como primera causa de muerte externa en el 2023 según el INE. Los fallecimientos aumentaron un 5,6% respecto al año anterior y son mayores en los hombres (75%). Los estudios apuntan que detrás de estos existiría en el 90% de los casos un problema de salud mental, principalmente, cuadros depresivos. 

 

¿Qué síntomas tiene el trastorno depresivo?

Generalmente se asocia a síntomas como la pérdida de interés o placer, pero no siempre tiene que existir tristeza para diagnosticar una depresión. El nerviosismo, la sensación de vacío, baja autoestima o como ocurre en la etapa infanto juvenil, la irritabilidad, son manifestaciones a las que se debe prestar atención. También se deben tener en cuenta alteraciones del sueño, aislamiento, disminución de la capacidad atencional o pérdida de peso. 

 

“En muchas ocasiones la persona se justifica en consulta a sí misma y manifiesta que ese estado anímico o la falta de interés es producto de la vida ajetreada que lleva, que no hay depresión” señala la psicóloga Chicha García, del Centro Orienta en Ferrol

 

Algunos especialistas apuntan que la depresión suele estar asociada a otras patologías. Desde Centro de Psicología Orienta señalan el hipertiroidismo (una persona que lo padece tiene 7 veces más probabilidad de deprimirse), la diabetes (existe la posibilidad de que el 20% la desarrollen) y la hipertensión arterial (eleva el riesgo al 40%). “En estos casos el diagnóstico se realiza teniendo en cuenta que la depresión es una consecuencia directa de esa afección y que los síntomas irán desapareciendo a medida que la persona acepte o se trate la enfermedad” afirma García. 

 

¿Cómo se vive día a día con depresión?

“Incluso las cosas que antes te generaban alegría se vuelven ahora contra ti, las rechazas porque parece que no puedes sentir alegría, no te permites ser feliz” destaca Isabel, cuyo nombre también es figurado. 

 

Como cualquier enfermedad mental, conlleva en muchos casos un estigma social. “Cuando una persona se rompe un brazo y dice que le duele, todo el mundo lo entiende porque ve que tiene el brazo roto. Si tienes depresión sientes un dolor físico y emocional enorme pero por mucho que te hagan pruebas no se ve nada, entonces se banaliza o se hace de menos. No lo juzgo porque yo hasta que lo viví no lo entendía. He pasado horas en urgencias con dolor físico de barriga y llorando del dolor” comenta Valeria, que decidió acudir al médico después de varios episodios: una pesadilla que se repetía constantemente durante dos meses, terrores nocturnos, insomnio, ataques de pánico, apatía y desgana.

 

¿Cómo ayudar a alguien que padezca la enfermedad?

La psicóloga Chica García indica algunas pautas:

 

  • “Hay que animar a las personas con depresión a aumentar de forma progresiva las actividades, empezando por las más simples hasta llegar a las más complejas”.
     
  • “Es fundamental que no eviten interactuar socialmente y que no se sientan culpables de la tristeza y, por supuesto, que comprendan que las ideas de inferioridad, pesimismo y desesperanza son síntomas de la propia depresión y no responden a una realidad”.

 

Las asociaciones como recurso fundamental

Desde APEM (Asociación Pro Enfermos Mentales) llevan más de 40 años trabajando para la mejora de la calidad de vida de las personas afectadas por una enfermedad mental y  ofrecen una variedad de servicios y recursos para apoyar a quienes padecen esta condición. Aunque su ámbito es provincial (A Coruña), la mayor parte de su trabajo se desarrolla en el Área sanitaria de A Coruña-Cee, en sus centros de referencia. 
 

“Proporcionamos un espacio seguro y comprensivo donde las personas puedan hablar sobre sus sentimientos y experiencias sin ser juzgadas. Aportamos también recursos informativos y contamos con centros de rehabilitación psicosocial, viviendas alternativas, programas específicos y seguimiento a largo plazo para prevenir recaídas” afirman desde APEM. 

 

Los que llegan a APEM lo valoran. “Acudir a la asociación e integrarme en las actividades diarias supuso para mí, aprender a desarrollar estrategias para manejar mis pensamientos negativos y desarrollar habilidades para afrontar el estrés y sobre todo saber pedir ayuda a tiempo. Toda  la combinación de terapia y medicación ha sido beneficiosa para estabilizar mi estado de ánimo, en lo que todavía sigo trabajando” destaca Isabel. 

 

Perfil y factores de riesgo

Las personas que tienen familiares de primer grado con un trastorno de depresión poseen más posibilidades de enfrentarse a la enfermedad a lo largo de su vida. Sin embargo, los profesionales apuntan que son los factores ambientales los que más influyen. “En consulta las depresiones más habituales son las que tienen una causa externa como las que se dan por el fallecimiento de un familiar, pérdida de empleo o divorcios” reconoce Chicha García. 

 

El perfil clásico de persona con trastorno depresivo era de personas entre 30 y 45 años. Actualmente, los rangos de edad están cambiando. “Los padres y tutores deben de estar alerta con los adolescentes o personas en el inicio de la edad adulta ante cualquier cambio de conducta que se pudiera producir y no esperar a que la sintomatología obtenga un carácter preocupante” destaca la especialista. 

 

En cuanto al sexo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la depresión se diagnostica un 50% más a mujeres. Las hormonas cumplen un papel fundamental en este aspecto: menopausia, embarazo, posparto o problemas tiroideos generan cambios que pueden derivar en el desarrollo de la enfermedad.

 

Sin embargo, este porcentaje diferencial también se debe a otro motivo: menos hombres acuden a consulta. “A los hombres aún no se les permite expresar sus emociones, y menos la tristeza, con normalidad ya que el hacerlo es visto como un signo de debilidad. Si nos fijamos en las estadísticas de suicidios, ellos van en cabeza y podemos preguntarnos si muchos sufrirían una depresión u otro trastorno no diagnosticado” afirma Chicha García. 

 

Psicofármacos y depresión

Los estudios indican que un médico de cabecera receta algún psicofármaco cada 15 minutos. La falta de recursos sanitarios provoca esta situación. “Es innegable la importancia de la medicación, pero por sí sola no soluciona el problema. Imaginemos que nos hemos roto una pierna y simplemente nos dan analgesia sin realizar ningún tratamiento médico para solucionar la fractura. Esa pierna no nos va a doler, sin embargo, la fractura seguirá existiendo” explica la psicóloga del Centro Orienta.

¿Cómo afecta la depresión y qué puede ayudar a superarla?

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