En octubre de 1981 fallecía en España el primer enfermo de sida, un joven que ingresó en un hospital de Barcelona con cefalea, fiebre y una importante pérdida de peso. La neuropatóloga gallega Carmen Navarro detectó el caso tras estudiar el tumor cerebral que se le extirpó. La situación desde aquel entonces en lo relacionado con el VIH ha cambiado.
Desde National Institutes of Health aclaran que VIH y sida no son sinónimos. El VIH (virus de la inmunodeficiencia humana) es un virus que ataca al sistema inmunitario del cuerpo y se transmite a través del intercambio de líquidos corporales. Si este no se trata, puede causar sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).
Conforme a los últimos datos recogidos por el Ministerio de Sanidad, vive con VIH el 0.31% de la población española. En Galicia, el Informe VIH-sida y otras ITS en Galicia 2022 señala una incidencia de infección por VIH de 6,5 casos/año por 100.000 habitantes, por debajo de la incidencia anual española (9, 8).
Aun así, se estima que en España un 27% de las personas con infección por el VIH desconoce su situación y que más de la mitad de las nuevas infecciones procede de este grupo de población no diagnosticada.
Es por ello que desde las instituciones promueven la prevención y el tratamiento de la infección por VIH. Además del análisis de sangre específico para detectar el VIH existen otras alternativas: pruebas rápidas de VIH en fluido oral (solo fiables si se realizan tres meses después de la práctica de riesgo) o autotest de VIH (dispensados en farmacias).
Actualmente, el perfil diagnosticado con VIH es mayoritariamente de una persona joven. En la comunidad gallega, el 76% de los casos tenían entre 25 y 49 años. La investigación realizada por el Grupo de Estudio del SIDA (GeSIDA) de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) destaca esta cuestión. “Las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) se diagnostican a edades precoces. Casi el 63% de los casos analizados de VIH fueron adolescentes de entre 18 y 19 años. En cuanto a la orientación sexual, el 40% de las ITS se diagnosticaron en adolescentes heterosexuales”.
Este grupo de estudio ha tenido un encuentro de alto nivel esta semana en A Coruña, donde más de 600 expertos participaron en su Congreso Nacional para debatir sobre prevención, diagnóstico y tratamiento de VIH. El evento tuvo lugar en Palexco y extrajo importantes conclusiones en cuanto a los avances de los últimos años.
Los facultativos buscan llegar a atender a la población con medidas eficaces y personalizadas. “El perfil de las personas que tenemos actualmente en PrEP (tomando medicación por riesgo a padecer VIH) no se corresponde con el de las nuevas infecciones VIH que estamos viendo, en personas muy jóvenes y en mujeres, y necesitamos estrategias para llegar a ellos” reconoce el doctor García-Fraile, del Hospital Universitario de La Princesa.
Algo que también ha cambiado a lo largo de los años es la predominancia de la vía de transmisión del virus. Actualmente es la sexual (80 %) independientemente del tipo de relación. Anteriormente había estado asociada principalmente al consumo de drogas inyectadas.
Esta situación provocó que a finales del siglo pasado la infección por VIH o el sida haya estado estigmatizada y reducida a grupos de exclusión social u homosexuales. “Me diagnosticaron VIH hace 15 años estando en prisión por compartir la jeringuilla en la cárcel. Éramos ciento y pico personas y había una jeringuilla para todos. Mi madre a día de hoy aún no lo sabe y la gente sigue asociando el sida con alguien homosexual o drogadicto. Veo a compañeros que también tienen la enfermedad y no son capaces de comunicarse o de andar bien”, cuenta un paciente que prefiere permanecer en el anonimato.
Daniel Portela es graduado en Periodismo y está al frente de @tamencontamos, una cuenta de sensibilización que busca deshacer el estigma hacia la comunidad LGTBI en relación con el VIH “polo contexto social asociado a esta epidemia (en Occidente), con especial atención aos homes que teñen sexo con homes e ás mulleres trans” señala en su presentación.
Expertos de GeSIDA determinan que existe una prevalencia “relativamente elevada” de soledad y aislamiento social en las personas que viven con VIH y destacan la necesidad de combatirlo con estrategias de prevención y abordaje.
El Comité AntiSida da Coruña (CASCO) contribuye a ello a través de sus servicios. “Tenemos un programa específico para VIH y es uno de los pisos de acogida, pero trabajamos de forma transversal con un punto de calor (donde se atiende a habitantes de calle), sexpoint y mediación a través de un equipo conformado por profesionales, por ejemplo, del ámbito de la psicología. No contamos con datos de personas que se ponen en contacto con nosotros con VIH porque salvo para el piso específico de VIH, no pedimos serología para usar los programas, trabajamos mucho la prevención y por eso nos da igual si eres seropositivo” afirma Sonia Valbuena, directora de CASCO.
Aunque no existe una cura para el VIH, la terapia antirretroviral (TAR) es el tratamiento de las personas infectadas con el virus de la inmunodeficiencia humana con fármacos anti-VIH.
Estos ayudan a las personas seropositivas a tener una vida más larga y sana. De hecho, la meta del tratamiento es reducir la carga viral de una persona a un nivel indetectable (concentración de VIH en sangre demasiado baja para detectar con la prueba). De esta forma, las personas seropositivas con carga viral indetectable no presentan riesgo de transmitir la infección por el VIH.