La Asamblea General de Naciones Unidas ha aprobado este jueves por unanimidad la primera resolución para la regulación internacional de la inteligencia artificial (IA), primer fruto de la llamada “conversación global” sobre esta tecnología.
“Debemos abordar esta tecnología como una comunidad global, sin dejar a nadie atrás. Ese fue el principio rector de este texto y de nuestro proceso de redacción del mismo”, ha dicho durante su discurso la embajadora de EE.UU. ante Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield.
El texto, titulado “Aprovechar las oportunidades de una IA segura y confiable para un desarrollo sostenible”, ha sido iniciativa de Estados Unidos y es resultado de más de 40 horas de negociación, según altos funcionarios del Gobierno de EE.UU.
En su intervención ante la Asamblea General, Thomas-Greenfield ha resaltado los riesgos y las ventajas que pueden tener las distintas aplicaciones de la IA y la importancia de “cerrar las brechas digitales en todo el mundo para que todos puedan acceder a los beneficios de la IA”.
“Las empresas privadas que impulsan la rápida difusión y evolución de esta tecnología deben ser responsables a la hora de diseñar y lanzar nuevas capacidades de IA”, ha anotado Thomas-Greenfield.
El bum de esta tecnología surgió tras el lanzamiento de OpenAI de su chatbot con IA generativa ChatGPT en noviembre de 2022 y a día de hoy gigantes como Google o Microsoft han lanzado varias herramientas de IA para el público y el sector privado.
“Tenemos la oportunidad y la responsabilidad de elegir, como una comunidad global unida, gobernar a esta tecnología en lugar de dejar que ella nos gobierne a nosotros”, ha recalcado Thomas-Greenfield.
La resolución ha sido adoptada por consenso con un golpe de mazo.
“Creo que el hecho de que 193 países que a menudo no pueden ponerse de acuerdo sobre nada en la ONU hayan podido llegar a un acuerdo al respecto demuestra que el tema de la IA es clave”, han manifestado altos funcionarios de la Administración de EE.UU. en una llamada telefónica a la prensa.
En una rueda de prensa posterior en Naciones Unidas, Thomas-Greenfield ha señalado que no tiene intención de presentar la resolución al Consejo de Seguridad.
Preguntada por cómo cree que la IA podría ayudar a algunas regiones de África que no cuentan con electricidad o agua potable, Thomas-Greenfield ha respondido que la IA “podrá brindar a las personas de aldeas remotas acceso a la tecnología y acceso a las necesidades básicas que ahora no pueden acceder”.
“La idea general de esto es cerrar esa brecha para que podamos descubrir (con ayuda de la IA) cómo llevar agua a las mujeres en las aldeas”, ha añadido.
Por su parte, la vicepresidenta de EE. UU., Kamala Harris, ha indicado hoy en un comunicado que su país “acoge con satisfacción la adopción por parte de la Asamblea General de la ONU” y que tanto el presidente Joe Biden como ella están “comprometidos a establecer y fortalecer reglas y normas internacionales sobre tecnología emergente como la IA”.