La hija de un fallecido a causa de la DANA y familiares de otras víctimas de las inundaciones viajaron este jueves de Valencia a Madrid para registrar en el Congreso las más de 65.000 firmas que recogieron en Change.org pidiendo justicia y reclamando una comisión de investigación.
Las afectadas acudieron al Congreso en botas de agua y con las cajas de firmas manchadas de barro, como símbolo de que lo que está pasando en Valencia y el barro que rodea a las zonas afectadas tiene que llegar a la Cámara Baja. “Han asesinado a mi familia. Si un ciudadano comete un asesinato paga con cárcel y un político está protegido”, reprocharon.
“No nos alertaron, sino no hubiera pasado esto. No nos alertaron pero tampoco nos socorrieron. Estuvimos esperando el rescate, nadie nos rescató, tampoco nadie vino a ayudarnos. Estuvimos 72 horas completamente solos. Estuve subida a pilas de coches buscando a mi padre por si lo encontraba todavía con vida”, denunció Meri García, impulsora de la recogida de firmas, quien aseguró que todavía hay barro en el parking de su casa y que las vistas desde su ventana son un cementerio de coches que desprende muy mal olor.
Meri García señaló que a su padre “lo mataron en la DANA del día 29 de octubre en Catarroja”: “Las instituciones que debían protegernos nos dieron la espalda. Nos dan igual los colores políticos, solo queremos justicia, pedimos que pague quien tenga que pagar y que se abra ya una Comisión de Investigación”.
Con esta entrega de firmas solicitan justicia para todas las víctimas de la tragedia y de lo que consideran que “ha sido y está siendo una desprotección por parte de las instituciones”.
Meri García estuvo acompañada por Yolanda Garrido y Maite Pagán, quienes perdieron a sus hermanos y a su sobrino de cuatro años y hablan de “abandono total” de las autoridades durante los momentos más críticos, de falta de respuestas y de búsqueda de los cuerpos sin vida de sus familiares por parte de amigos y familia. “Fueron los once peores días de mi vida. Estábamos hundidos”, recordaron.
La impulsora de la iniciativa relató que, a pesar de que sabían “el punto exacto” en el que estaba su padre, por más que lo repitieron “durante diez días nadie lo buscó”. “Tuvo que venir un voluntario con su perro Nilo a encontrar a mi padre”, lamentó.
Por ello, exigió que se haga una investigación “en profundidad y real” para saber qué pasó con sus familias. “¿Por qué nadie nos alertó y por qué seguimos así? ¿No pagamos impuestos? ¿Para qué sirven? El rescate de mi padre, cero euros, no gastaron ni un solo euro”, sentenció.
Ante el “abandono”, las familias de las víctimas exigen “justicia, un poco de dignidad y un poquito de sentimiento” hacia los fallecidos. “No están teniendo tacto, no tenemos ningún tipo de ayuda psicológica. Todo pagado de nuestros bolsillos. Se llenan la boca con ayudas que no han llegado”, aseguraron.