España tiene solo siete años para cumplir los objetivos que permitirán declarar el fin del sida como problema de salud pública en 2030, pero lo ve “posible”: tras superar la meta de personas con VIH en tratamiento, debe aún avanzar en el diagnóstico yen enterrar para siempre el estigma.
“La eliminación del sida como problema de salud pública para 2030 en la UE es posible, pero requiere un compromiso renovado por parte de la UE, Comisión, Parlamento y Estados miembro”, resaltó ayer la titular de Sanidad, Mónica García, en una intervención telemática desde Bruselas en el acto organizado por Cesida en el Ministerio de Sanidad.
En España, el 96,6% de las casi 67.000 personas que conviven con VIH está recibiendo tratamiento antirretroviral, el 92,5% conoce su diagnóstico y el 90,4% tiene la carga viral suprimida (indetectable). Con lo cual, se superó ya el objetivo del 95% de personas diagnosticadas en tratamiento pero sigue por debajo del 95% de personas diagnosticadas y del 95% de personas con la carga viral suprimida que marcó Onusida para 2030.
García garantizó el “firme compromiso” del Gobierno para avanzar en el cumplimiento de estas dos metas, pero destacando que la cifra de personas con VIH no diagnosticadas se redujo un 42,3% en los últimos cuatro años, en los que pasó del 13% al 7,5%. Para ello es necesario el “estigma cero”, porque solo eliminar la discriminación “empoderará personas para prevenir el VIH, diagnosticar la infección en etapas tempranas, iniciar el tratamiento antirretroviral cuando sea necesario y cumplirlo”.
Algo por lo que clamaron los responsables de Cesida durante la lectura del manifiesto, que en el Día Mundial del Sida 2023 titularon ‘Envejecimiento y calidad de vida para nosotras y con nosotras’ para rememorar a todas las víctimas y reivindicar su derecho a envejecer libres de la discriminación.
“Muchas personas se fueron y las que quedamos construimos una comunidad aferrándonos las unas a las otras, y durante muchos años aprendiendo a morir, a vivir sin planes y sin futuro. Hoy somos supervivientes y seguimos aprendiendo, pero esta vez aprendemos a envejecer y nos atrevemos a soñarnos viejas y a hacer planes de vida”.
Tras alcanzar la cronicidad y los avances hacia los objetivos de Onusida, anhelan más: “la cura definitiva para el VIH”, concluyó.
La directora ejecutiva de Sedisa, María José Fuster, enumeró algunos obstáculos con los que se topan las personas con VIH: ideas erróneas sobre la transmisión y el tratamiento, discriminación en la atención sanitaria o las dificultades de acceso a la profilaxis prexposición.
En todo coincidió el Grupo de Estudio del Sida de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, que pidió a las administraciones sanitarias españolas incrementar los esfuerzos para superar los objetivos de Onusida para lograr cero nuevas infecciones y reducir al mínimo la mortalidad.
Además, la prevención es insuficiente, pues se siguen produciendo infecciones anuales por encima de las cifras de la UE. El año pasado se diagnosticaron 2.956 nuevos casos de VIH, mientras que los de sida apenas sumaron 331 en 2022, 90.000 desde el inicio de la epidemia, según el último informe de Vigilancia Epidemiológica del VIH y sida en España 2022.