Los helados, los zumos y la fruta forman parte de los refrescantes alimentos que los humanos consumimos para combatir el cada vez más tórrido verano, aunque no somos los únicos: los animales que viven en el Zoo de Barcelona también los toman, adaptados a sus dietas y papilas gustativas.
Mangostas, elefantes y chimpancés, entre la gran diversidad de especies que acoge el Zoo de Barcelona, reciben cuidados para protegerlos del calor, que incluyen alimentos de su menú adaptados para el verano: como son helados de bichos, o frutas y zumos congelados.
El zoo de Barcelona ha organizado este jueves por la mañana una visita para los medios de comunicación, donde los cuidadores del recinto han repartido comida congelada a las tres especies mencionadas, con manguerazo incluido para combatir un día de calor húmedo.
La visita ha comenzado alrededor de las 10.00 horas en una jornada con baja afluencia de visitantes pese a estar en pleno agosto, donde el calor y la humedad han ido 'in crescendo' a medida que la mañana avanzaba.
"Hay una serie de trabajos periódicos o protocolizados en los que nosotros nos encargamos de controlar las temperaturas de los hábitats donde viven los animales, nos ocupamos de que haya una buena ventilación, o bien promoverla", ha explicado el jefe de conservadores del Zoo, Jordi Hernández.
El responsable ha detallado que la demostración de estas tres especies forma parte de la gran diversidad de medidas que aplican a los animales para mantenerlos en una situación de confort climático, y son cosas que hacen "a diario".
Los chimpancés han recibido esta mañana trozos de fruta congelada, lanzadas por un cuidador desde lo alto del patio donde se encuentran, que esta especie de primates esperaba, puesto que cuando le han visto se han puesto en posición.
El trabajador del Zoo ha comenzado a lanzar la comida desde lo alto, y ha tratado de repartirla entre la aproximadamente media la docena de primates que había en ese patio, algunos de los cuales, como si fuera una pelota de béisbol, la han cogido al vuelo, y otros con menos puntería han tenido que recuperarla después del suelo.
Aunque una porción no ha sido suficiente, puesto que han comenzado a hacerle gestos al operario con el brazo, pidiendo algún trocito más, que finalmente ha terminado en sus manos.
Una vez conseguido el trofeo, los chimpancés han buscado acomodo en un sitio tranquilo de su recinto para comenzar a degustarlo.
El manjar animal más pintoresco ha sido, sin duda, el helado hecho de insectos que los cuidadores han repartido a las mangostas, que consiste en cubitos de hielo con bichos dentro, con una cantidad controlada para no alterar su alimentación.
El cuidador ha comenzado por rociar con una manguera el patio de los animales, y ha creado charcos de agua en la arena donde las mangostas han ido a beber y a pegarse un chapuzón, para después recibir su correspondiente helado, como un niño que sale de una piscina en plenas vacaciones y le aguarda un polo en la toalla.
Los tres elefantes del Zoo de Barcelona también han formado parte de la demostración, con zumos congelados sacados en forma de cubito directamente del brick que los cuidadores lanzaban desde la zona exterior del recinto a los elefantes, que aguardaban desde el otro lado del alambre con la boca abierta.
Una experiencia que los elefantes han complementado con un buen manguerazo, que dos de ellos han evitado -uno ni siquiera se ha acercado pese a que los cuidadores le han llamado- y que otro de los animales ha acaparado, sin apartarse ni un solo minuto del chorro de agua.
El Zoo adopta estas medidas de confort climático en los animales pese a la situación de sequía, puesto que está excluido de algunas de las restricciones por su idiosincrasia, aunque toma medidas que permiten un ahorro diario de 200 m2 de agua.