El pacto de asilo europeo defiende una política “Común y sostenible”

El pacto de asilo europeo defiende una política “Común y sostenible”
El representante de la Comisión, Etienne de Perier, en las Jornadas ‘Conecta’ | Ep

El representante de la Agencia Europea de Migraciones de la Comisión Europea, Etienne de Perier, defendió ayer el nuevo pacto de asilo y migración que está en la fase final de tramitación como ejemplo de una política “común y sostenible” para hacer frente a los flujos migratorios que afectan a la Unión Europea (UE).


En una ponencia en las ‘Jornadas Conecta. Canarias-Europa’ admitió la “preocupación” de las instituciones europeas por el aumento de la migración debido a cuestiones “geopolíticas, económicas y sociales” en los países de origen y tránsito.


Reconoció que la presión en las fronteras de la UE aumentó 14% este año pero “la situación no es la misma en todas las rutas” pues en el Mediterráneo central, por ejemplo, las llegadas se han duplicado en lo que va de año con algunos “picos” como los 8.000 migrantes llegados en tres días a Lampedusa, con casi 100 embarcaciones en un día.


Además, dijo que en el este del Mediterráneo y los Balcanes bajó ligeramente, pero en España, especialmente a través de Canarias, las llegadas se incrementaron en un 24%. “Prestamos mucha atención”, agregó, subrayando que según datos de Frontex se registraron unas 240.000 llegadas a Europa desde enero.


Apuntó también que aumentaron las solicitudes de asilo, unas 720.000 este año, y España es el segundo país con 114.000 demandas, solo por detrás de Alemania, aunque aún se está “lejos” de los años 2015 y 2016.


De Perier reconoció que “ningún país es capaz de gestionar la inmigración por sí solo” y por ello apeló a mejorar la gestión de la frontera “de forma justa, humana, sostenible y eficiente”.


Asimismo, dijo que los desafíos migratorios “no son los mismos” que en 2016, cuando se estancaron las propuestas del pacto y ahora se trata de lograr “procedimientos eficientes y rápidos”, respetando siempre los derechos fundamentales; evitar la “incertidumbre por largos períodos de tiempo” y lograr un “reparto justo de la responsabilidad y la solidaridad de los Estados miembro”, más la “cooperación” con países terceros.


En esa línea comentó que tras tres años de negociaciones hay acuerdo y un “compromiso real” para actualizar la legislación para personas con necesidad de protección internacional y “armonizar aún más” la acogida y las perspectivas de integración, si bien “quedan por negociar muchos aspectos”, entre ellos, atender los procedimientos de crisis preservando los derechos fundamentales.


No obvió la existencia de trata de personas en las rutas migratorias, con más de 7.000 víctimas anuales, la mayoría mujeres y niñas aunque también aumentan los hombres afectados por explotación laboral.

 

Talento en emisores


De Perier entiende que la migración laboral puede “ayudar a fortalecer” las economías europeas y ser un “motor” de desarrollo y por ello planteó que hay que “atraer habilidades y talento” ante el envejecimiento de la población y las carencias que hay en las ramas sanitaria, social y la agricultura. 


Por ello, avanzó que se profundizará en el proyecto piloto de ‘centros de talento’ puesto en marcha con los refugiados ucranianos a través de Túnez, Marruecos, Egipto, Bangladesh, Nigeria o Senegal, para atraer mano de obra, y también en la directiva comunitaria de 2011 sobre el ‘permiso único’.


Asimismo indicó que hay que abordar las “deficiencias” que tiene la UE con la migración legal, de tal manera que hay que ofrecer “más derechos” a los trabajadores y lograr la “igualdad de trato” con los trabajadores de la UE, y dar oportunidades para la educación y ayudar a la reintegración “de los que quieren regresar”.


Además defendió el plan de acciones aprobado en junio para tratar de prevenir las salidas irregulares y salvar vidas a través de la colaboración con los países africanos y fortaleciendo la gestión de fronteras y la “lucha contra organizaciones criminales”.


De Perier insistió también en la “cooperación” con países terceros y el apoyo financiero y de las agencias europeas que reciben los países miembro. 

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