Hace cuarenta años que Radio Televisión Española (RTVE) inauguró el complejo de telecomunicaciones de Torrespaña y, con él, el popularmente conocido como "Pirulí", nacido en su día como la edificación más alta de Madrid y que, cuatro décadas después, se ha convertido en todo un icono de la capital.
Fue el 7 de junio de 1982 cuando los reyes Juan Carlos I y Sofía cortaron la cinta de la enorme torre. Ocurría en vísperas del comienzo del Mundial de Fútbol de 1982, precisamente uno de los motores detrás del proyecto, que tenía entre sus fines más inmediatos garantizar la distribución de la señal del evento.
Aun siendo una de las edificaciones más destacadas del Madrid de la época, la del "Pirulí" fue una construcción exprés: el proyecto fue adjudicado en 1981 y, con una inversión de 350 millones de pesetas, al año siguiente se estrenó, consiguiendo estar a punto para el comienzo del Mundial.
No por ello es un logro arquitectónico menor: la torre utilizó la pionera técnica del "tentetieso", de modo que la plataforma de abajo no está anclada sino que es el propio peso de la mole el que la sostiene; es capaz de soportar una enorme cantidad de peso y vientos de hasta casi 200 kilómetros por hora, y oscila más de un metro en la punta de la antena para que no se parta.
La torre, que tiene instaladas 250 antenas fijas y móviles, se convirtió automáticamente en un hito constructivo de la capital, pasando a ser, con 220 metros de altura, la novena torre de televisión más alta del mundo y la edificación más elevada de Madrid, siendo superada ya en el siglo XXI por los rascacielos del complejo de las Cuatro Torres.
Y puede citarse entre los símbolos más reconocibles de Madrid; a pesar de encontrarse en un puto bajo de la orografía de la capital, es visible desde muchos puntos, dominando visualmente el flanco oriental de la M-30, a cuyos pies se sitúa.
Anteriormente, los equipos técnicos de RTVE se distribuían entre las sedes de Prado del Rey y Paseo de la Habana, pero estaban quedando rápidamente obsoletos, en gran medida, precisamente, por la edificación de inmuebles cada vez más altos en Madrid, lo que suponía una dificultad creciente a la hora de emitir y transmitir comunicaciones.
Desde el punto de vista estructural, Torrespaña se compone de cinco elementos básicos: la antena, la plataforma para parábolas de enlaces fijos y móviles, otra plataforma para equipos, un fuste troncocónico de hormigón visto y 120 metros de altura, que acoge una escalera mecánica y el ascensor, y la cimentación, constituida por una losa circular de hormigón armado.
La plataforma central está constituida por cuatro niveles, que suman 1.945 metros cuadrados construidos y se destinan a enlaces móviles, sala de equipos de televisión, sala de equipos auxiliares y otros servicios.
No hay, en cambio, platós de televisión, ni se produce ningún programa. Estos se ubican en los dos edificios del complejo de Torrespaña de RTVE a los pies de la torre, donde están instalados los servicios informativos de TVE desde 1983.
A ese corazón del Pirulí se accede por ascensor -no aconsejable para los claustrofóbicos porque tarda algo más de dos minutos en llegar- o a pie subiendo 1.200 peldaños.
Según afirma el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) en su guía arquitectónica de la capital, el evidente atractivo paisajístico que ofrece esta estructura hizo que se proyectara, en su momento, instalar un restaurante, idea que acabó desestimada "por cuestiones de seguridad y presupuesto".
La obra del arquitecto Emilio Fernández y Martínez de Velasco, que cuenta con hasta 232 metros con la antena, fue torre emisora exclusiva de RTVE hasta 1989, año en el que pasó a manos de Retevisión, una empresa creada para la explotación del espacio radioeléctrico televisivo, y ya en 2003 a Abertis (actual Cellnex Telecom).
Actualmente, es un centro de Abertis Telecom, la empresa que explota la distribución de la señal de la TDT y sirve la conexión a seis millones de usuarios.
El acceso a la torre está restringido al personal de Cellnex y al de algunas subcontratas externas que se ocupan de tareas de mantenimiento muy específicas. En total, trabajan 15 personas, que gestionan las señales que llegan y distribuyen a otros puntos de la red, y desde el 82 el tipo de señales -ya no solo de tele- y su volumen ha cambiado mucho.
La torre, todo un emblema de RTVE, solo ha sufrido en sus 40 años un apagón el 28 de agosto de 2002, cuando se declaró un incendio y Madrid se quedó sin televisión durante casi tres horas.
Desde entonces, según mantienen desde el ente público, se han triplicado los sistemas de protección, con lo que se considera prácticamente garantizado que no volverá a producirse un apagón de esas características.
En estos días, la RTVE ha organizado una exposición fotográfica en la Sociedad General de Autores (SGAE) en la que hace un recorrido visual de su historia.