El Tribunal Constitucional (TC) planea blindarse frente a las recusaciones que amenazan el quórum para resolver el recurso presentado por el PP contra la ley del aborto aprobada en 2010 durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Fuentes jurídicas confirmaron que el tribunal de garantías se prepara ya para el Pleno previsto para la próxima semana, en el que se debatirá la ponencia –a cargo del magistrado conservador Enrique Arnaldo– sobre el recurso de los populares.

El debate estaba amenazado por las recusaciones que, según dichas fuentes, se lanzaron contra cuatro magistrados –el presidente del TC, Cándido Conde-Pumpido, y Juan Carlos Campo, Inmaculada Montalbán y Concepción Espejel–. 

Si estos magistrados fueran apartados –voluntariamente o por decisión del Pleno– el Constitucional se quedaría sin los al menos ocho magistrados que se necesitan para resolver válidamente, ya que ahora mismo el tribunal está integrado por once magistrados.

Tanto Conde-Pumpido como Campo y Montalbán rechazaron abstenerse. Sí lo hizo Espejel, cuya decisión deberá ser avalada por el Pleno. 

Espejel fue vocal del Consejo General del Poder Judicial cuando este redactó su informe sobre la ley del aborto del Gobierno de Zapatero. 

Las fuentes indicaron que ninguna de las partes del procedimiento, que son las únicas legitimadas para recusar, puso en duda la imparcialidad de los magistrados, por lo que avanzan que el TC aplicará su reiterada doctrina para mantener su jurisdicción evitando la falta de quórum.

El sentir mayoritario en el TC apuesta por avalar la ley íntegramente, lo que podría propiciar un cambio de ponente. Cabe recordar que, tras la renovación parcial del 9 de enero, el TC cuenta con una mayoría progresista de siete magistrados frente a los cuatro conservadores. De aprobarse la abstención de Espejel, el bloque minoritario se quedaría con tres magistrados.