El robot de Salvamento Marítimo capacitado para sumergirse en condiciones difíciles de mar ya ha llegado a Santander para incorporarse al dispositivo de búsqueda del tripulante desaparecido en el naufragio del pesquero "Vilaboa Uno" durante la madrugada del pasado lunes a seis millas al norte de la capital cántabra.
Tras finalizar los preparativos necesarios en Ferrol (A Coruña), el "Rov comanche" ha llegado este domingo en el interior del buque Don Inda junto al equipo técnico necesario para su operatividad en la búsqueda coordinada por el Centro de Salvamento Marítimo en Santander, según ha informado la Delegación del Gobierno en Cantabria.
En esa búsqueda ya participan el buque María de Maeztu y el Helimer 202 de Salvamento y la patrullera Río Aller y el helicóptero Cuco de la Guardia Civil.
El robot se sumará a este operativo después de que un primer vehículo submarino a control remoto de la Guardia Civil no fuera capaz, pese a tocar fondo a 130 metros en la zona del hundimiento, de encontrar el buque hundido, en cuyo interior se cree que podría estar Walter Ferreiro, el desaparecido en el naufragio que se cobró la vida de otros dos pescadores.
El Vilaboa Uno se hundió en la madrugada de este lunes con diez tripulantes, siete de los cuales fueron rescatados por embarcaciones que estaban en la zona, tras avisar a Salvamento Marítimo de que tenía una vía de agua en el casco y se estaba hundiendo.
El Rov Comanche, con un peso de 1.200 kilogramos, puede bajar mil metros de profundidad en unas condiciones meteorológicas que no superen los 25 nudos de viento y un estado de la mar de fuerza cuatro en la escala de Beaufort.
Dispone de siete propulsores, cuatro en el plano horizontal y tres verticales, con los que consigue una velocidad de tres nudos y una carga útil -capacidad para transportar peso- de 250 kilogramos.
Cuenta con tres cámaras (dos de ellas en soportes motorizados), un sónar de búsqueda con un alcance máximo de 300 metros, un sonar-altímetro que llega a los 50 metros, un profundímetro y una baliza de destellos para su localización en superficie. Asimismo cuenta con dos brazos hidráulicos y un cortacables de guillotina.
La energía y las órdenes se envían mediante un mando a distancia a través del cable al Rov, que a su vez transmite la imagen de las cámaras de vídeo y datos de los sensores y de los sónares al centro de control del buque en superficie.