El Ministerio de Sanidad tiene claro que quiere lograr una sociedad más saludable sin sucumbir a las presiones que le “llegan de todos lados” y, tras el tabaco, tiene otra sustancia en el punto de mira para reducir el consumo entre menores: el alcohol.

La Dirección General de Salud Pública y Equidad en Salud del Ministerio trabaja con la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional Sobre Drogas (PNSD) para llevar este año al Congreso el proyecto de ley para regular la venta, publicidad y marketing de alcohol para frenar el consumo en los más jóvenes. 

“Tenemos un recorrido muy amplio que hacer en medidas legislativas, en conflictos de interés, porque la industria del vino en España es una industria que también tiene mucho poder y hay mucho recorrido que hacer por ahí”, señaló el director general de Salud Pública, Pedro Gullón.

En los más jóvenes, el alcohol afecta a órganos como el hígado o el páncreas en un momento muy vulnerable de pleno desarrollo, pero ataca sobre todo al cerebro, en concreto al hipocampo, relacionado con la memoria y el aprendizaje. Los atracones (beber la mayor cantidad en el menor tiempo posible), puede causar alteraciones cerebrales irreversibles.

Según la última encuesta Estudes de 2023, más del 70% de los adolescentes de 14 a 18 años había bebido en el último año y el 56,6% en los últimos 30 días. Es la sustancia psicoactiva más consumida.

Un 42,1 % se ha emborrachado en el último año, una forma de consumo que asciende con la edad, de forma que en los de 18 roza el 60%. El porcentaje de los que se dan atracones se elevó al 28,2%. 

Los datos de los más pequeños también preocupan: en un reciente estudio piloto del PNSD, el 34,6% de los estudiantes de doce y trece años reconocieron haber bebido, al menos, una vez en su vida.

Cinco ejes 

La ley de alcohol y menores no es una aspiración nueva: en 2017, se creó en el marco de la Comisión Mixta para el Estudio del Problema de las Drogas una ponencia cuyas conclusiones iban a servir para guiar una futura normativa. Entre ellas, acabar con los botellones y las “horas felices”, instaurar una tasa cero de alcohol en conductores de ciclomotores y motos de menos de 18 años o limitar la publicidad en los puntos de venta.

Desde entonces, los distintos ministros que han pasado por el Ministerio mostraron su intención de acometer esta ley. 

También lo ha hecho Mónica García, que en su primera comparecencia en el Congreso avanzó este anteproyecto de ley de protección de la salud de menores frente al alcohol, que incluirá también a las embarazadas, para armonizar las distintas normativas sobre su consumo, publicidad y venta. 

El borrador, ya muy avanzado, gira en torno a cinco ejes: uno, introducir en el ordenamiento jurídico los compromisos asumidos por España en la protección integral de la infancia y la juventud y armonizar la normativa vigente; dos, se desarrollarán políticas de prevención eficaz el consumo;  tres, medidas de prevención ambiental para proteger a los chavales de la exposición;  cuatro, herramientas para evitar el alcohol en edades tempranas y cinco, promoción de entornos saludables y alternativas de ocio libres de alcohol.