Las cartas se han puesto sobre la mesa y la apuesta es fuerte, una especie de no va más al que es difícil que se le pueda plantar cara, con el respaldo de Hijos de Rivera y de otros importantes accionistas del Deportivo y con un nombre estrella que el propio consejero delegado de la firma coruñesa, Ignacio Rivera, intenta cerrar en Brasil: Mauro Silva. El exfutbolista sería el presidente ejecutivo con pasado blanquiazul del que se informó en estas mismas páginas el pasado miércoles.
Con anterioridad, este diario había avanzado que, además de los candidatos ya confirmados, estaba en ciernes una fuerte alternativa para suceder a Tino Fernández. El dirigente, tras haber estado fuera de España las dos últimas semanas, se reunió el pasado lunes con los que ya habían confirmado sus candidaturas (Jesús Martínez Loira y Paco Zas) y también mantuvo una conversación con el exconsejero Fernando Vidal, que dimitió en septiembre de 2017.
Ese mismo día, Hijos de Rivera, el máximo accionista del Deportivo (si se tienen en cuenta todas las empresas del grupo y las personas relacionadas con la dirección de la firma), hacía toda una declaración de intenciones a través de su consejero delegado. La empresa, que se había mantenido en segundo plano en cuestiones institucionales del Deportivo, estaba dispuesta a “empujar” en el cambio de dirección del club en la Asamblea de Accionistas del próximo 28 de mayo, en la que Tino Fernández y su Consejo harán efectiva la dimisión que anunciaron y los socios nombrarán un nuevo órgano de gobierno.
Ignacio Rivera explicó que estaban “preocupados por el futuro del Deportivo” y añadió: “Nosotros vamos a estar en lo que nos toque hacer empujando todo lo que podamos”.
También dejaba otra frase entre líneas: “El fútbol tiene que tender a profesionalizarse”. En ese momento, solo había dado el paso Jesús Martínez Loira. Horas más tarde lo haría Paco Zas tras haber mantenido un encuentro con Tino Fernández. Incluso Fernando Vidal, tras el contacto con el presidente, parecía decidido a reunir acciones para presentarse por si no surgía otra candidatura a mayores. Sin embargo, se enfrió la siguiente mañana, la del martes.
La ‘Cumbre’
Ese día había una cumbre trascendental. Tino Fernández, máximo accionista del Deportivo, conocía de primera mano las intenciones de ese grupo de empresarios, que representan un importante paquete accionarial (no solo está Hijos de Rivera), dispuestos a sucederle. El todavía presidente es, después de Hijos de Rivera (con todo su conglomerado) el segundo máximo accionista del Deportivo y, por tanto, su posición también será muy relevante en la Asamblea de finales de mes. Fernández no tiene intención de comparecer ante los medios de comunicación hasta la propia Asamblea y, en consecuencia, tampoco posicionarse públicamente a favor de ninguno de los candidatos que se postulen.
Tras esa cumbre trascendental, la candidatura ‘fantasma’, como se le nombraba en algunos ámbitos, cogió fuerza y el siguiente destino de Ignacio Rivera ha sido Brasil para intentar cerrar la figura del presidente ejecutivo con pasado blanquiazul que ese mismo día (miércoles) reflejaban estas páginas.
La misión, en todo caso, no parece sencilla porque Mauro Silva tiene importantes negocios en Brasil y un puesto de responsabilidad en la Federación Paulista, con un futuro prometedor en la organización del fútbol del país sudamericano, donde la cervecera herculina pisa con fuerza tras haberse abierto mercado de la mano del Corinthians. Además, en Galicia, Grupo Élite, con Ignacio Rivera al frente, es el máximo accionista del Racing.
Con todo, manejan también alternativas por si la de Mauro no se concretara. Además, siguen perfilando en paralelo los miembros del Consejo de Administración que tendrían.