Malestar en Culleredo por los destrozos de los jabalíes en áreas urbanas como Vilaboa. El Gobierno de José Ramón Rioboo se mostró preocupado por esta situación y anunció que solicitará medidas a la Xunta. Según indicaron los responsables, esta semana varios vecinos alertaron de la incursión de estos animales en Acea de Ama, lo que se une a los daños causados hace unos días en espacios públicos de Vilaboa.
La indignación ciudadana aumenta cada vez que se registran destrozos, pues no es la primera vez que se denuncian casos como los de las últimas semanas en Culleredo. Pero además, en esta ocasión, los animales se acercaron a zonas especialmente pobladas, “lo que entraña un riesgo para la ciudadanía”, apuntaron desde el Gobierno de Rioboo.
En la noche del miércoles, vecinos de Acea de Ama presenciaron el paso de un grupo de seis ejemplares de distintos tamaños en la zona de la gasolinera, y la semana pasada se vio a los animales en la parte baja del centro urbano de Vilaboa, donde causaron daños importantes en la plaza de Sagrada Familia.
Esta presencia de jabalíes está ocurriendo de forma asidua también en O Burgo, Almeiras o Culleredo, por lo que desde la institución municipal entienden que “la situación requiere de un plan de medidas urgentes por parte de la Xunta de Galicia, administración competente en la materia”, señaló el alcalde, José Ramón Rioboo, que incidió en su “preocupación” por “situaciones de riesgo que se están dando en Culleredo y sobre las que se “deben adoptar soluciones” desde la Xunta.
El regidor considera que la administración autonómica debe adoptar una solución técnica adecuada ante este tipo de situaciones, que conjugue la seguridad de la ciudadanía con los hábitos de los animales. “Debemos defender a los animales y hay que respetar sus hábitats pero hay que cuidar la integridad de las personas”, sostiene.
El primer edil aseguró que no comprende “la pasividad de la Xunta ante una problemática de largo recorrido” y apuntó a que “por esta zona donde se avistan los jabalíes pasa la AP-9, la vía del ferrocarril, y numerosas carreteras con una enorme carga de tráfico, “otro factor de riesgo”, lo que deriva “en un problema de seguridad ante el que no se puede esperar ni un día más”, señaló.