El juzgado de penal 5 ha absuelto a uno de los vigilantes de seguridad del castillo de San Antón, llevado a juicio el pasado mes como resultado de la denuncia interpuesta contra él por un compañero, que lo acusaba de haberle causado lesiones en una mano durante un incidente laboral, y de haber propiciado la caída al suelo de una impresora propiedad del Ayuntamiento.
Según el denunciante, el ataque se había producido durante el cambio de turno, cuando decidió llamar a la empresa después de que el trabajador que debía relevarle aquella noche, el acusado, llegase “muy bebido”.
Pero como se hace constar en la sentencia, frente a esa declaración está la del trabajador encausado, que asegura que ni tocó ni insultó a su compañero, y la del director del Museo Arqueológico, que vio al vigilante después de los hechos y descartó que estuviera ebrio. Ante estas versiones contrapuestas, la jueza duda de quién atacó a quién y opta por exculpar al denunciado.