Fernando Mosteiro | “Ya empezamos a decir que ‘no’ a donantes porque no son candidatos ideales”

Fernando Mosteiro | “Ya empezamos a decir que  ‘no’ a donantes porque no  son candidatos ideales”
Fernando Mosteiro señala que actualmente están llegando al tope de actividad

Cuando le propusieron el cargo, Fernando Mosteiro estaba lo suficientemente motivado como para no dudar, pero sabía que estar al frente de la Oficina de Coordinación de Trasplantes no era tarea fácil. Sus antecesores le dejaron el listón muy alto. Aún así, más allá de los números, están las personas. Y las que llevan bata o pijama, eso da igual, todas, hacen que el nombre del Chuac asome en los rankings todos los años. Los cuantitativos, pero, sobre todo, los cualitativos, que son los que importan.  

Lleva dos años al frente, ¿cómo se encuentra en un puesto de tanta responsabilidad?
Muy contento con los resultados. El hospital es referente nacional en trasplantes y cuando me lo plantearon estaba motivado porque es un puesto de tirón, pero al mismo tiempo me asustaba porque García Buitrón y Antón Fernández dejaron el listón tan alto que era muy fácil disminuir los récords y las cifras. Pero creo que los números son poco importantes, lo que importa es que el trabajo esté bien y que la supervivencia de los trasplantados sea buena. En el caso del cardíaco, por ejemplo, es mayor que en el resto de equipos a nivel nacional. Es más importante quedarse con esto que con el récord de operaciones. Si hay más trasplantes quiere decir que hay gente más comprometida y menos negativas. El año pasado solo tuvimos tres, un porcentaje menor que la media gallega. A nivel autonómico también bajamos del 26% al 16% en dos, tres años. Éramos la primera comunidad en negativas y ya no lo somos.

¿A qué se debe esta bajada?
Depende de muchos factores. El primero es de los medios de comunicación, que transmitís lo importante que es donar para que el fallecido pueda darle una segunda vida a alguien.

Explicó en la presentación de los resultados de 2018 que los tres que fueron por delante del Chuac en trasplantes –Vall D’Hebrón, La Fe y la Virgen del Rocío– juegan en otra liga porque tienen quirófanos exclusivos. ¿Estudian la opción de especializar alguno de los suyos?
Sí, los tres de Barcelona, Valencia y Sevilla nos triplican en población y son centros de referencia de trasplante. Es difícil competir con ellos por el volumen al que atienden y porque no tenemos un megahospital con una infraestructura exclusiva para trasplantes, pero creo que no tendría sentido hacerlo porque con la actividad que tenemos actualmente estamos llegando al tope. Poco podemos mejorar más de ahí. Aunque tengamos un quirófano para trasplantes, las camas son las que son y la lista de espera es la que tenemos. Hoy están cuatro personas esperando por un hígado y hubo casos en que un receptor se apuntó a las doce y a las cuatro estaba siendo trasplantado. Ya empezamos a decir que “no” a donantes que se ofrecen porque no son candidatos ideales. Hace un mes y pico, estas eran las cifras, que, claro, pueden variar. Y de las diez personas que esperan por un corazón, en Madrid pueden llegar a 20 y 30 personas. Si la lista de espera es más pequeña, eres más selectivo.

De ampliarse el hospital o construir uno nuevo, ¿sería factible crear un área exclusiva para trasplantes? 
Si el hospital se ampliase, la lista de espera sería la misma. No creo que tener quirófanos exclusivos sea algo prioritario. Aún así, creo que esa es decisión del gerente. Ya hay un plan estructurado, pero pienso que si comenzáramos de nuevo, se plantearía hacer lo mismo que tenemos porque nos ha ido muy bien, así que para qué vamos a hacer experimentos. El modelo debería ser el mismo porque llevamos muchos años. Las cosas se cambian cuando no funcionan. 

¿Por dónde se pueden seguir sumando trasplantes?
Las líneas de futuro pasan por continuar bajando las negativas hasta llegar a lo de algunas comunidades como Cantabria, País Vasco o Asturias, que tienen prácticamente cero. Menores índices que el del Chuac hay pocos centros. Estamos en el top ten y hay que seguir en esa pelea. También tenemos que continuar en la línea de crecimiento de donación en asistolia. Cada vez hay menos enfermos que fallecen de muerte encefálica, pero sí muchos críticos que no mueren, pero tienen secuelas importantes y es a los que se les plantea no alargar la agonía. Así que acaban falleciendo por una parada cardíaca. En esos enfermos sí se puede valorar que donen sus órganos. El aumento va por ahí. 

El año pasado los encontraron en unidades a las que hasta ahora no acudían, en Urgencias y Neurología. ¿Hay alguna planta más con posibles donantes?
Lo estamos valorando y, en la actualidad, estamos dándole vueltas para ampliar con alguna otra como Neurocirugía. La idea es que tienen que ser enfermos que fallecen fuera de las unidades de críticos, pero tampoco pueden ser de una planta de especialización porque serían donantes en malas condiciones. Tienen que tener ventilación mecánica y los órganos en buenas condiciones. A los casos posibles, se les hace una entrevista a la familia y si acceden, se intuba al enfermo y se le programa la parada. No hay sufrimiento. Lo llevamos a la UCI para que fallezca. 

¿Está situación dónde se puede dar? ¿En Oncología es posible?
Neurocirugía es una planta donde se podrían buscar más donantes. En Oncología no. El problema es que un donante no puede tener tumores ni infecciones porque se lo puede transmitir al receptor. Las condiciones pasan porque fallezca por una causa en un corto plazo de tiempo y que no tenga enfermedades transmisibles. Hay unos cuantos tipos de tumores que contraindican el que puedas donar el resto de tu vida. Tienen que pasar diez o 15 años y después se valora. Por ejemplo, el de mama o pulmón. El cáncer de mama metastatiza en otros órganos como el pulmón y en el hueso y lo primero es garantizar la seguridad del receptor.

La edad del perfil del donante está en 59,2 años. Subió al menos 20 años, ¿esto es bueno o malo?
No es ni bueno ni malo. España y Galicia es una población envejecida y que haya aumentado la edad también nos dice que fallecen menos jóvenes. En los años noventa y los 2000, el perfil era un varón joven entre treinta y cuarenta años que moría en accidente. Ahora con las medidas de tráfico, las campañas de seguridad vial, las mejoras de los equipos del 061 y en Neurocirugía, todo eso hace que esos jóvenes no fallezcan.

¿Esto puede implicar complicaciones en el receptor?
No tiene que ver, primero porque se intentan ajustar perfiles. Para un receptor infantil se le busca un donante niño o muy joven y por los resultados se ha visto que en los más añosos con el perfil adecuado del receptor, la supervivencia es buena.

La técnica de la asistolia también la han extendido al resto de Galicia. Esto repercutirá en unos años en más trasplantes, ¿no cree?
Sí, ya la llevamos a Vigo, Ourense, Lugo y Santiago. Fuimos a las tres primeras ciudades y en el Chuac el donante en asistolia en hígado y riñones supone un 20 y 25% de los trasplantes, en estos centros es menos, pero llegaremos a las mismas cifras. En Vigo se registraron 24 donantes hepáticos y tres fueron en asistolia, lo que supone el 10%. Desde esto, ya hubo más y se unirán al resto.


¿Cómo está siendo el primer trimestre en cuanto a actividad?
Bien, hubo menos que en 2018, que fue tremenda, pero a final de año las cifras se acaban ajustando. Un mes compensa con el otro y a los doce meses, llegaremos aproximadamente a los 250 trasplantes. 

Desde 1981 cuando el Chuac realizó su primer trasplante hasta hoy, ¿cuánto han mejorado?
Cuando empezaron era muy pequeño. No estaba ni en el mundo de la medicina, pero viendo la historia el cambio tecnológico ha sido muy importante. Con una experiencia de treinta y pico años los resultados son muy buenos y ya sabes cómo actuar.

 

“Que el Chuac sea referente se debe a la implicación de la gente los 365 días al año”

 

No hay malas caras ni cuando toca celebrar la Navidad y les llaman para avisarles de que hay un donante. En eso está la clave de que el hospital sea referente nacional. La gente está implicada todos los días del año porque saben que cuando pasa, se enciende una luz para el que espera.  

¿Cuántos profesionales trabajan en la Oficina de Coordinación de Trasplantes? 
En la coordinación de trasplantes somos dos médicos, cuatro enfermeros y un administrativo, pero cuando hay un donante estamos en contacto con los diferentes equipos, organizamos con ellos para extraer e implantar. Hay equipos de trasplante renal, hepático, cardíaco, pulmonar y pancreático y cada uno tiene auxiliares, enfermeros, cirujanos anestesistas, celadores... Prácticamente está todo el hospital implicado en alguna actividad relacionada con los trasplantes, ya sea específica o indirectamente.

¿Por qué cree que el centro se convirtió en referente de trasplantes?
La implicación de todos, que están 365 días al año localizados, y ponen buena cara cuando los llamas el 24 diciembre para decirles que hay un donante y vienen porque, al final, está una persona en una situación muy delicada. Esto permite que seamos lo que somos, aunque en esto tiene mucho que ver una persona como García Buitrón, que fue el que puso en marcha el programa de donación y trasplante renal. 

¿El desplazamiento de los órganos ha mejorado?
El desplazamiento del equipo para buscar órganos se hace por carretera o avión privado. Hay una compañía contratada por nosotros y nos pone el avión aquí o en Santiago para llevar al equipo y volver. Hay órganos que toleran más la isquemia, que pueden aguantar más horas. El corazón y el pulmón pueden estar entre cuatro y cinco horas; el hígado, ocho; y los riñones, 24 horas. Si vamos a buscar riñones, sabemos que disponemos de más tiempo y elegimos el medio de locomoción adecuado.

¿Dan más vísceras que reciben o al revés?
El Sistema Nacional de Donación y Trasplante permite el intercambio de comunidades. Nosotros recibimos más órganos de los que exportamos por ser referentes en cardíaco y pulmonar. Los corazones que se generan en la zona norte de España muchos vienen para aquí, de ahí que recibamos más órganos de los que damos fuera. 

¿Por qué cree que España es el país que dona más órganos del mundo?
Esto se debe a la personalidad de los españoles y la creación de la Organización Nacional de Trasplantes, que se puso en marcha en el 89, sabiendo que había que divulgar lo importante que es donar y transmitir los beneficios de la donación. La ley que tenemos de trasplantes es de las que menos se ha modificado y es muy clara. Define este tipo de operaciones como algo confidencial y que se hace de manera altruista, supeditado a una entrevista familiar, ellos son el garante de que su fallecido quería o no ser donante, y no se realiza de una manera impositiva. Hay un consentimiento presunto, que parte de que todos somos donantes mientras no digamos lo contrario.

Los de córnea  están siendo todo un éxito, ¿no?
Sí, porque en este caso, las córneas al no tener vasos no transmiten infecciones o tumores y por eso, la lista es cero. 

Fernando Mosteiro | “Ya empezamos a decir que ‘no’ a donantes porque no son candidatos ideales”

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