Los incendios en cocinas provocados por ollas olvidadas al fuego, las caídas de cornisas o las limpiezas de calzadas acapararon gran parte de las 1.312 salidas que realizaron los bomberos durante el año pasado. El teniente de alcalde de Seguridad, Julio Flores, y el director del área, Carlos García Touriñán, presentaron ayer la memoria del servicio, en la que destaca una reducción del 5,6% de las intervenciones de los efectivos municipales durante 2012 con respecto a 2011.
Por tipos, la mayor parte de las intervenciones responden a incendios, un 22% del total, y a rescates de personas (un 15%). Aumentaron en un 32,8% las salidas por caídas de cornisas. Durante el año pasado se registraron 97 actuaciones por este motivo frente a las 73 de 2011. Aún así, la cifra se queda muy lejos de las 188 caídas que se contabilizaron en 2010, las 281 de 2009 o las 333 de 2006.
En la memoria destaca la reducción de intervenciones por achiques en roturas, un 50% menos; incendios en vehículos, un 44% menos; incendios forestales, un 40% menos, o fugas de gas, un 30% menos. La mayor parte de la actividad se registró entre las diez y las doce de la mañana, y entre las siete de la tarde y las nueve de la noche, y el tiempo medio de respuesta fue de menos de cinco minutos en el 22,9% de los casos.
Flores vinculó esta disminución de las salidas de emergencia al incremento en un 8% las labores de prevención. El equipo de bomberos dedicó a esta tarea 1.742 horas durante el año pasado, y se atendieron a 3.381 alumnos.