El presidente de la Autoridad Portuaria, Enrique Losada, anunció a principios de abril que este mes cerraría con Repsol el acuerdo al que llegó en febrero para su traslado; finalmente, la firma del convenio se ha pospuesto y se producirá a mediados de mayo, según informan desde el Puerto, que está trabajando en el documento.
La importancia de este contrato reside en el hecho de que es el primer paso para iniciar el que será un largo proceso de mudanza. Al mismo tiempo es un paso imprescindible, ya que en este documento las dos partes concretarán sus compromisos y responsabilidades. El punto más importante y por el que se ha demorado hasta hoy este pacto es la compensación económica que recibirá la petrolera por abandonar sus instalaciones de San Diego antes de que finalice su concesión en 2027.
Inicialmente la compañía pidió hasta 300 millones de euros al Puerto, según Enrique Losada, pero que pronto bajó hasta los 240, una cifra aún exagerada para la Autoridad Portuaria, que logró que disminuyera a la mitad. Hoy se sabe que la cantidad acordada está por debajo de los 110 millones de euros, pero ninguna de las partes ha querido desvelar el montante definitivo.

La firma del contrato estaba prevista para este mes y tras ella la empresa redactará su plan de mudanza

pagos
En cualquier caso, el Puerto no tendrá que abonar esta indemnización en metálico sino en conceptos de descuentos y ventajas a la hora de acordar las concesiones y tasas que pagará Repsol por operar desde Langosteira.
Con la firma de este contrato la empresa se compromete a redactar durante este año el proyecto básico de ingeniería de todas las infraestructuras necesarias para trabajar desde la nueva dársena.

La compañía aumentará un 50% sus instalaciones
en la nueva dársena

infraestructuras
Los principales equipamientos son un pantalán de uso privativo en el dique de Langosteira para que atraque de sus petroleros, la red de tuberías que atravesará el espigón para llevar los graneles desde el pantalán a los tanques y, por último, el poliducto que conectará el Puerto Exterior con la refinería y que permitirá anular el que atraviesa toda la ciudad.
La mudanza permitirá a Repsol aumentar un 50% sus instalaciones. En los muelles interiores dispone de 10 hectáreas mientras que en Langosteira podría llegar hasta 15. Aún está por determinar el espacio definitivo que reclamará, y la cifra se espera conocer también con el acuerdo del mes que viene.
Lo que sí parece seguro es que el primer tráfico líquido que se trasladará al Puerto Exterior será el petróleo crudo, precisamente el más importante en cuanto a volumen. En 2012 representó el 56% de todos los productos que mueve Repsol en la ciudad al alcanzar los cuatro millones de toneladas.