Afonso Eiré, el escritor y periodista natural de Chantada, presentó ayer su último libro ”A morte do meu pai” en A Coruña, asegurando que es la más personal y dura de todas sus novelas. Eiré habla en él del proceso que conduce a su padre hasta la muerte.
¿Por qué decidió escribir sobre la muerte de su padre?
Después de escribir los últimos cinco libros de no ficción, quería volver a escribir un libro de ficción. Hasta empecé a leer un libro, “As últimas galerías”, de Jose María Álvarez Cáccamo, donde Jose María cuenta los últimos momentos de la vida de su madre. Fue entonces cuando pensé que para qué iba a inventarme una historia si tenía una real, la propia muerte de mi padre. No lo hice para exorcizarme o como homenaje a él, sino como un nuevo motivo literario, ya que en Galicia el tema de la muerte siempre estuvo presente y yo le quería dar una visión más moderna.
¿Cómo se sintió al escribir el libro?
Pues me sentí peor de lo que pensaba. Yo siempre lo paso muy bien escribiendo. La gente cuando me dice que lo pasa mal escribiendo yo siempre sonrío, ¿para qué escribes si lo pasas mal? Además en este caso empecé el libro sin decirle a nadie que iba a hacerlo.
Da la sensación de que no ha hablado del libro mientras estaba escribiéndolo.
Comencé el libro sin decirle a nadie que iba a hacerlo. Continué y seguí sin comentar nunca nada a nadie. No dejé leer nada a nadie. Sabía que era una apuesta muy arriesgada, y parece que esta vez salió bien.
¿Le supuso un esfuerzo mayor el hablar sobre un tema tan delicado como la muerte de su padre?
Por la parte afectiva, el recordar todos los recuerdos con mi padre, las vivencias y la trayectoria hasta su muerte, fue muy doloroso.
¿Cree que es su obra más sentimental?
Sí. Es la más sentimental de todas y la más personal. Como Kafka, quería ir a la literatura de las emociones, e hice justamente eso. Hice durante mucho tiempo literatura de datos y quería ir a literatura de los sentimientos, y claro, no hay más emoción que cuando hablas de la muerte de un ser tan querido como es tu padre.
Este libro no puede tener solo una interpretación.
Esta novela cumple lo que se dice siempre, que un libro tiene tantas interpretaciones como lectores. Cada persona cuando lee un libro lo hace suyo, a su manera, más allá de lo que quiera transmitir el autor cuando lo escribe. En este libro hay docenas y docenas de conversaciones en las que cada persona lo lee a su manera. Hay gente que llora al leerlo, gente que lo lee de un tirón, gente que lo fue leyendo poco a poco porque no quería llegar al final porque sabía lo que iba a pasar, otros que lo leen como libro de auto ayuda... En fin, hay gente de todo. Fue algo que me sorprendió.
No duda de su buena acogida...
Para nada. Las críticas buenas son unánimes. Ese riesgo literario que corrí parece que salió bien de esta vez.
¿Por qué recomendaría la lectura de “A morte do meu pai”?
Yo diría que el libro tiene una virtud, y según los críticos también, y es que es muy bueno literariamente. Y a parte está la ventaja de que cada lector lo puede hacer suyo según sus experiencias vitales, según cómo estén en ese momento. Es un libro que va de la mano de las emociones de las personas. Su lectura no deja indiferente a nadie.
Se trata de su obra más arriesgada, sin lugar a duda.
Pues la verdad es que sí. Las anteriores novelas, aunque también eran obras de no ficción, eran más publicaciones de datos, no de sentimientos. Aquí arriesgué doblemente. Quería que fuera buena desde el punto de vista literario pero también que llegara a todas las personas de manera diferente, y parece que salió bien.
No se arrepiente de haber dado un giro en cuanto al tema en sus novelas
Para nada. Decidí escribir sobre esto porque sentía que era un tema olvidado en la literatura gallega actual, cuando anteriormente se le había dado tanta importancia. Darle un toque de literatura moderna a algo tan presente como la muerte me pareció lo justo, y más cuándo se puede combinar con la afección y los sentimientos de los lectores. Como ya dije, es un libro en el que la literatura, los sentimientos y la interpretación van de la mano.