“La de Francisco es una elección correcta; parece, por sus carácterísticas, el pontífice llamado para estos tiempos que nos tocan”. Para el exalcalde y exembajador de España cerca de la Santa Sede, Francisco Vázquez, el nuevo papa es una persona “con los pies en el suelo”, que va a “hablar de cosas a las que los europeos no estamos acostumbrados a que se hable”, y así lo expuso ayer durante la charla que ofreció en la Fundación Barrié, dentro de las charlas organizadas por Padre Rubinos con motivo de su nonagésimo quinto aniversario.

Vázquez estuvo acompañado en el acto por el presidente de la institución benéfico social, Eduardo Aceña, y su amigo de la infancia y director territorial de Inspección de Trabajo y Seguridad Social, Carlos Domenech de Arce. Bajo el título “Nuevos aires de la Iglesia”, el exembajador –que tenía previsto hablar de la doctrina social, pero que decidió cambiar de tema tras la renuncia de Benedicto XVI– analizó la elección del nuevo pontífice, del que destacó su condición de jesuita, al igual que el padre Rubinos, y la elección de su nombre, que comparte con el exalcalde: “Nunca entendí que ningún papa se llamase Francisco; es uno de los hombres más alegres de la religión”.

El socialista recordó que el hasta ahora arzobispo de Buenos Aires conoció el corralito, “ha tenido novia y ha bailado el tango”, además de poseer “una gran experiencia pastoral”. Para Vázquez, Francisco I guarda muchas similitudes con el papa Juan Pablo I, por su carácter “recio y duro”, y espera que su figura “represente ese liderazgo, esa capacidad de respuesta en un mundo desconcertado, en el que grandes sectores de la sociedad no encuentran referentes”.

El exregidor habló de un contexto sumergido “en una crisis política”, y en el que la Iglesia deberá adaptarse “a los tiempos que le toca” vivir. Vázquez también tuvo palabras en su charla para Benedicto XVI, del que asegura que “dejó los deberes hechos”, y al que cree que “nunca se le agradecerá” el trabajo realizado en su pontificado.