Una parte de la comunidad vinculada a la pesca en A Coruña se muestra preocupada por las últimas declaraciones de investigadores del Instituto Español de Oceanografía de Vigo que abogan por el cierre de la pesquería de la sardina durante un largo período de tiempo para que el recurso se recupere. Los amadores de pesca de bajura rechazan esa opción, que se decidirá de forma oficial a partir de noviembre, y aseguran que hay cantidades grandes de este pescado en el mar y que no entienden qué motiva esa idea.
En el último número de una revista sobre el ámbito marítimo que edita el Instituto Social de la Marina, los científicos que trabajan en el Instituto de Oceanografía señalaban que los niveles de biomasa son “preocupantes” y que la captura de sardina se encuentra en unas ratios muy bajas, lo que les hace recomendar que se prohíba a la flota española ir a por este pescado durante un cierto tiempo. Esta teoría y la propuesta final de cuota esperarán hasta noviembre porque los trabajadores aseguran que quieren contar con datos más recientes de los pesqueros y las lonjas, si bien ya se prevé una disputa entre biólogos y sector pesquero.
Preguntado acerca de la intención de los científicos, el presidente de la Asociación de Armadores Coruñeses de Pesca de Baixura Asociados (Arcopeba), Manuel Iglesias, sostiene que “a los armadores y marineros nos están tachando de esquilmadores y hay sardina en cantidad en el caladero”.
Desde su punto de vista, se podría aceptar un tope distinto pero no entienden por qué se quiere cerrar especies que podrían venir a buscar desde otros países con permisos. Asimismo, desde la entidad inciden en que “si hay sardina en el mar por qué no se va a mantener la tradición del verano en Galicia”, aludiendo a las típicas sardiñadas o el San Juan. “Hay pesquerías más tocadas que otras, el mar tiene sus ciclos biológicos, pero ahora no hay menos biomasa, como dicen, porque nunca se pescó tanto bonito como en esta costera y aparecen delfines y ballenas”, valora.
Iglesias piensa que sí son precisos los estudios de mercado para analizar los cambios de costumbres de los consumidores. También invita a los científicos “a embarcarse en calidad de observadores en campañas de seis meses enteros para sacar conclusiones y no operar 15 días desde buques oceanográficos”.