Surcar los mares en la piel de los tripulantes de la expedición Balmis

Surcar los mares en la piel de los tripulantes de la expedición Balmis
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La Asociación Isabel Zendal recreó ayer la partida desde la ciudad herculina de la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna (REFV), donde 22 niños –que portaban la vacuna de la  viruela en sus cuerpos– junto a la enfermera que da nombre a la asociación se embarcaron el 30 de noviembre de 1803 rumbo a América para implantar allí la vacuna.

La escenificación corrió a cargo de los alumnos del CEIP Labarta Posse, con edades comprendidas entre los ocho y los diez años. Vestidos con ropas de la época, hicieron una puesta en escena que llevan preparando todo el curso escolar. Con una soltura asombrosa, contaron la historia a través de testimonios de los más de 20 niños que partieron en el barco y sorprendieron con canciones con las que narraban todo el proceso de la aventura. 

Uno a uno de todos los presentes fueron hablando, presentándose, diciendo la edad y contando de qué manera llegaron a la Casa de los Expósitos –niños huérfanos y abandonados–, donde Zendal era rectora, antes de cruzar el charco. “Estou triste porque as nenas non poden ir, nin os enfermos crónicos nin os menores de dous anos”, decía uno de los participantes.

La representación avanzó contando lo sucedido en el barco y al llegar a América. “No barco non hai contacto entre os nenos vacinados e os outros”, informaba uno de los actores y sus compañeros apuntaban que el recinto donde iban era muy pequeño y no podían jugar. En la expedición también viajaba  el hijo de Zendal, “ela é a nai de todos”. Una madre que los cuidó y se preocupó por su futuro. El doctor Francisco J. Balmis, fundamental en esta aventura y al que se le dedica esta actividad con motivo del bicentenario de su muerte, le prometió un porvenir al llegar a América para los 22 niños, con trabajo y una vida digna por delante. Sin embargo, al llegar a América el sueño se derrumbó y fueron internados; solamente los más afortunados resultaron adoptados por familias mexicanas. 

Una puesta en escena que se trasladó, sobre las 12.00 horas, a dos goletas, “Graciosa” –desde donde se hizo la ofrenda floral– y “Almansa”, de 18 y 15 metros de eslora, respectivamente. Ambas embarcaciones estuvieron custodiadas por el patrullero de altura “Centinela”, de 70 metros de eslora, desde donde siguieron el evento las autoridades.

Un proyecto ilusionante
Dos de los alumnos, de Quinto de Primaria del CEIP Labarta Posse, se pusieron en la piel de la enfermera Isabel Zendal y del médico Antonio Posse Roybanes, principal colaborador de Balmis en la retaguardia, quien comenzó la lucha contra la viruela de una forma organizada en Galicia. 

Contaba Elsa, alumna que interpretó a la rectora de la Casa de los Expósitos, que cuando la profesora le dijo que había sido la elegida se emocionó. “Aprendín o papel rapidísimo e era a primeira vez que facía teatro”, comentó. Isabel Zendal “foi moi importante en todo o que logrou e levar a 22 nenos non o faría todo o mundo”. Sin embargo, Xaquín, el alumno que hizo de la mano derecha de Balmis, sí que había hecho teatro con anterioridad. “Encantoume a oportunidade e púxenme a investigar sobre o personaxe”, informó con alegría. “Tras indagar sobre a súa figura, vin que era un personaxe magnífico e que tiña o mesmo mérito que Balmis”, continuó relatando. Al mismo tiempo, justificó sus palabras diciendo que “eles foron os que souberon como tratar a variola e tiveron un valor tremendo”.

Surcar los mares en la piel de los tripulantes de la expedición Balmis

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