Agentes del Grupo de Estupefacientes de la Brigada Provincial de Policía Judicial y del grupo I de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) detuvieron a los tres hombres que constituían la junta directiva de una asociación de cannabis y desmanteló una plantación de marihuana de 1.300 plantas. También se incautaron de seis kilos de la planta (para producir hachís), 900 gamos de cogollos y 300 gramos de hachís.  Además de un delito contra la salud pública y otro de asociación ilícita, se les imputa otro de defraudación de fluido eléctrico. Para dos de los sospechosos, se decretó el ingreso en prisión. 

La asociación está inscrita en el registro de la Xunta y contaba con unos 35 socios. Según los investigadores, los detenidos usaban la asociación como una pantalla tras la cual ocultar su verdadera actividad: la producción de hachís. En el bajo (uno de los tres que habían alquilado) que es la sede de la asociación habían instalado sistemas de ventilación, iluminación, riego y temporización. Todo lo necesario para cultivar marihuana en grandes cantidades.
Además, habían conectado la instalación eléctrica directamente a la red, sin pasar por el contador (de ahí el delito de defraudación). Como las plantaciones requieren una gran cantidad de electricidad, la precariedad de la instalación hacía que el riesgo de incendio fuera elevado.  Eso es algo que ocurre habitualmente en las plantaciones de este tipo, dado que las lámparas infrarrojas necesitan mucha alimentación, más de lo que puede ofrecer una instalación habitual en un local, sobre todo para 1.300 plantas. 

Antecedentes 
Cuando la Policía entró a registrar el local, se encontró en el bajo con el presiente, el secretario y el tesorero. Los tres fueron detenidos en un primer momento, pero luego liberaron a uno, aunque todos tienen antecedentes policiales por otros hechos delictivos.

Se trata de la segunda plantación de marihuana que la Policía Nacional confisca en menos de un mes. A finales de febrero, detuvieron a una pareja que cultivaba 149 plantas de marihuana en su piso de San Pedro de Visma, pero no se dan muchos casos porque las plantaciones de interior requieren una fuerte inversión económica para ponerlas en marcha, lo que desanima a muchos cultivadores aficionados.