La Casa das Ciencias acoge desde ayer una nueva exposición. Se titula “Solarigrafía” y sigue el rastro del sol a través de doce instantáneas tiradas en diferentes latitudes de la Tierra. La docena de imágenes saludan al visitante en la planta baja de un museo que, como los otros dos de su especie, tienen, según el concejal de Culturas, un papel determinante “tanto no estímulo ao coñecemento na cidade, especialmente en idades temperás, como a súa relación coas artes, que se materializa de novo nesta mostra e como acontece, por exemplos, co ciclo de música electrónica Vortex que se celebra no Planetario”.

La exposición, que está comisariada por el fotógrafo Diego López Calvín, parte de un proyecto abierto que comenzó en el año 2000, donde se combinan aspectos artísticos y tecnológicos para obtener y compartir fotografías que muestran el recorrido del sol en distintas latitudes de la Tierra. El concepto de la muestra fue impulsado por los profesionales del objetivo Diego López Calvín, Slawomir Decyk y Pawel Kula.

Las imágenes proceden de cámaras estenopeicas cargadas con papel fotosensible que son expuestas a la luz durante largos períodos de tiempo. La estampa se genera por ennegrecimiento directo en el interior de la cámara oscura y produce un negativo de papel que, en una segunda fase de trabajo, es escaneado y tratado con un programa de edición de imagen para obtener el archivo digital. 

De esta forma, las imágenes tienden un puente entre los principios de la fotografía del siglo XIX y las técnicas digitales modernas del siglo XXI. Al mismo tiempo, relacionan directamente la fotografía como medio de expresión con la astronomía, la meteorología, la geo-localización, el conocimiento del medio o la agricultura. 

Las que se pueden ver en la Casa de las Ciencias hasta diciembre de 2019 están firmadas por Diego López Calvin, Otto Roca, Jose Luiz Oubiña, X. Esteban Naves, Xiu Chaw, José Loredo, Maciej Zapior, Łukasz Fajfrowski y Tommy Dahl Markussen. 

“Sexo azul”
El Aquarium también estrenó estos días nueva exposición. Se trata de “Sexo azul”, que está formada por 20 módulos que contienen seres vivos, piezas de museo, modelos, pantallas táctiles, juegos, aparatos interactivos e ilustraciones.

En los diez acuarios que contiene pueden verse animales que migran durante la época de reproducción, cuidan a sus crías, construyen nidos, ejecutan complicadas danzas nupciales, intercambian los roles femenino y masculino o utilizan sustancias químicas para atraer a su pareja. También, un pez capaz de cambiar de sexo hasta veinte veces al día; y una especie de tiburón cuyas hembras, en determinadas circunstancias, son capaces de reproducirse sin la intervención de los machos.

Además, hay una parte interactiva con juegos y pantallas táctiles, que tratan sobre las sustancias químicas, los sonidos y danzas que los animales acuáticos utilizan para atraer a sus parejas, el vínculo entre el sexo y el mar en la mitología, o las distintas estrategias de apareamiento.