El reloj del Obelisco vuelve a sufrir una avería tras su segunda reparación

El Obelisco parece condenado a ser esa clase de reloj que solo acierta con la hora dos veces al día: el lunes se instaló la maquinaria recién reparada en la base del pilar y el jueves se descubrió que la agujas habían vuelto a detenerse, para frustración del maestro relojero Antonio González Mallo.
“Me confié y sustituí solo tres ruedas, debería haberlas cambiado todas”, se lamentó. Tras examinar a fondo el rebelde mecanismo, Mallo ha determinado que el problema son los centros donde van a parar los ejes, que con el paso del tiempo han sufrido un gran desgaste. “No se han cambiado desde hace 40 años”, explica. 
Él creía que bastaría los cambios en las ruedas porque probó el mecanismo en su taller, y este funcionó correctamente durante varios días, pero el problema es el peso. “Lo probé, pero no con el peso correcto, que es el de las agujas de las esferas, y no tengo manera de saber cuánto pesan”, aclaró. 
Así que no queda más remedio que empezar de nuevo. Esta vez, asegura, lo hará sin prisas. “No me atrevo a poner fecha de cuándo estará reparado. Tarde lo que tarde”, comenta el relojero, que sabe que el tiempo no juega a su favor. 

arreglos
La primera reparación se hizo en julio, y requirió levantar un andamio entorno al monumento. La segunda se realizó a finales del mes pasado, y obligó a retirar la maquinaria de la base. Y ahora, este venerable reloj de 120 años encara su tercera puesta a punto en poco más de un mes.
Encargado a Gabriel Vitini a petición popular para rendir homenaje a Aureliano Linares Rivas, el Obelisco fue inaugurado el 10 de febrero de 1895.  Para asegurarse de que siga funcionando Mallo tiene que acudir a darle cuerda cada 48 horas. En su base se pueden leer, grabados en placas de bronce los datos geográficos y climáticos extremos de la ciudad.

El reloj del Obelisco vuelve a sufrir una avería tras su segunda reparación

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