Una racha de cerca de año y medio de tranquilidad se quebró ayer para los responsables de la joyería Calvo de la Rúa Nova, que a media mañana volvía a ser objeto de un asalto a mano armada por parte de tres encapuchados, el tercero en el último lustro.
Los ladrones, tres hombres que se comunicaban en inglés, se llevaron en torno a los 150.000 euros en relojes de alta gama tras encañonar y amenazar a los dos clientes y las dependientas que a esas horas se encontraban en el establecimiento, si bien solo uno de ellos logró salir airoso; los otros dos eran detenidos de forma casi inmediata en la aledaña calle de Vista y el Paseo Marítimo tras una rápida actuación de la Policía Local y a la colaboración de un guardia civil fuera de servicio, que se topó con los delincuentes en su huida y logró retener a uno de ellos.
con una palanqueta
Los hechos, según la reconstrucción que hacía pocos minutos después una testigo con las piernas todavía temblorosas, tuvieron lugar a las once y media de la mañana, cuando solo ella y otro cliente se encontraban en la tienda. Fuentes presenciales indican que los ladrones aprovecharon la salida de varias personas para franquear la entrada, que permanecía cerrada, y mostrar dos pistolas, que según fuentes de la investigación resultaron ser simuladas. “Nos mandaron tirarnos al suelo en inglés, con un acento de Europa del Este, y ellos hicieron su trabajo”, recuerda la testigo, quien indica que los individuos iban “disfrazados”.
Fue el tercero de los hombres el que, con una palanqueta, forzó las vitrinas donde se guardan los relojes de lujo y vació las correspondientes a las marcas Cartier y Jaeger LeCoultre. Las primeras estimaciones del propietario del negocio, Andrés Calvo, hablan de una treintena de relojes desaparecidos por valor de unos 150.000 euros, un botín que fue recuperado en parte por los agentes que apresaron a uno de los sospechosos.
Entretanto, las trabajadoras se refugiaban tras el mostrador y lograban activar la alarma, al tiempo que pedían ayuda a gritos. Y fueron esos gritos los que alertaron a los transeúntes, que avisaron a una patrulla de la Policía de Barrio que aquella hora hacía la ronda por la zona. Tal como detallan los testigos, uno de los agentes entró en la joyería y trató de apresar a los ladrones, pero fue golpeado por uno de ellos y acabó en el suelo, mientras la banda emprendía la huida. En la escapada, los delincuentes fracturaron la puerta acristalada de la entrada con la misma pata de cabra empleada para forzar las vitrinas.
Fue en la calle de Vista donde se toparon con el agente de la Guardia Civil de paisano. Se trata de un agente destinado al País Vasco que pasaba unos días libres en su ciudad natal y que se encontró de frente con los sospechosos cuando corrían, todavía encapuchados. Se enfrentó a ellos y consiguió mantener retenido a uno hasta la llegada de los refuerzos de la Policía Local, que se encargaron de la detención; tenía en su poder once de los relojes robados. Mientras, los otros dos individuos continuaron en distintas direcciones y, en uno de los casos, hacia el Paseo Marítimo. La Policía Nacional busca ahora al tercero de los implicados, del que se sospecha que, al igual que sus compañeron, es de origen estonio.