El año termina y la ciudad no contará con un nuevo presupuesto a partir de mañana. Tampoco se habrán completado diversas actuaciones que se incluyeron en las cuentas del ejercicio que ya concluye.
El Gobierno local incluyó diversos proyectos en el presupuesto de este año, con resultado desigual: algunos de los cuales se llevaron a cabo, para otros se dieron los primeros pasos y en un tercer grupo hay intervenciones sobre las que no se realizó trámite alguno.
Una de ellas es la instalación de una pérgola en la plaza Elíptica, actuación para la que había reservados 60.000 euros. Esta cantidad era inferior a la que se presupuestó para 2016, cuando fueron 80.000 euros. El Ayuntamiento presentó el proyecto el pasado mes de enero, días antes de que se celebrase un “Dillo ti” en Los Rosales. La pérgola cubriría 450 metros y no fue muy bien recibida por los vecinos del barrio, que en ese encuentro hicieron saber al Gobierno local que no les convencía la idea.
Después de observar el rechazo por parte de los vecinos, desde la Marea no se volvieron a hacer más alusiones al proyecto y en el presupuesto para 2018 que fue aprobado inicialmente el viernes no se incluye una partida específica para ello.
El águila
Otra partida incluida en el presupuesto de 2017 y que provocó bastante polémica fue la restauración de una vidriera del palacio de María Pita que contiene un águila franquista. Para esta actuación se presupuestaron 60.500 euros, pero después de varias semanas en las que el tema tuvo cierta repercusión terminó por ir cayendo y finalmente no se volvió a saber nada, hasta el punto de que tampoco se llevó a cabo.
En el presupuesto para el año que hoy finaliza también había una partida dedicada a la restauración de monumentos. En esta se especificaban como elementos a rehabilitar el molino de A Gramela y la Puerta de San Miguel, además de otras que no se detallan.
Las piedras del molino continúan almacenadas en una estancia municipal a la espera de su reconstrucción. Entre los planes del Gobierno local existe la intención de ubicarlo en el parque del Observatorio, en el Agra del Orzán, pero este espacio todavía no está acondicionado para ello. En cualquier caso, una reconstrucción de este monumento siempre pasaría por contar con un emplazamiento en el propio barrio o muy cerca.
Mientras, otro monumento sobre el que no se actuó a pesar de estar contemplado fue la Puerta de San Miguel. Esta se encuentra en la muralla que rodea al hospital Abente y Lago por su parte más cercana a As Ánimas. Este elemento se construyó después del ataque inglés que sufrió la ciudad en 1589 y durante el anterior mandato se llevaron a cabo determinadas labores de acondicionamiento y mejora de este espacio y sus alrededores. Sin embargo, el proyecto se encuentra suspendido desde el cambio de poder en María Pita hace dos años y medio. Ahora, el espacio está marcado por la presencia de maleza, vallas y algunos residuos, fruto de la falta mantenimiento y de continuidad de los trabajos de restauración parados desde 2014.Una de las singularidades de este punto es que se considera que es el lugar desde el que partió Carlos I hacia Flandes para su coronación como rey de Alemania en el siglo XVI.
Entre las actuaciones presupuestadas y que no se llevaron a cabo durante este año aparecen tres referentes a edificios utilizados para fines culturales. Uno de ellos es el Kiosko Alfonso, ubicado en los jardines de Méndez Núñez, y que es utilizado de manera habitual como sala de exposiciones y que anualmente, en verano, acoge el festival Viñetas desde o Atlántico. Para este espacio estaba prevista una rehabilitación de su fachada, para lo que se reservaron 128.000 euros que no llegó a recibir uno de los edificios más llamativos de la ciudad.
Sin embargo, este no fue el único edificio cultural que no llegó a ver ejecutadas sus mejoras. La Casa Paredes, situada en la Marina y que es sede de las dependencias del área de Cultura, tenía previsto ser objeto de una intervención de mejora.
En este caso se trataba también de una rehabilitación de su fachada y, además, de sus balcones. El Gobierno local marcó que tendría un coste de 90.000 euros, pero tendrá que esperar por lo menos hasta 2018 para que se lleve a cabo.
Finalmente, para la casa-museo de María Pita estaba previsto acometer una rehabilitación de su cubierta, aunque no se realizó igual que en los anteriores casos. Estos son algunos ejemplos que explican, en parte, los datos de ejecución presupuestaria municipales y que provocan continuas críticas de la oposición. l