La Policía Nacional localiza a cerca de media docena de okupas en el inmueble en obras abandonado que se levanta en Vioño, en la esquina de las calles Libertad y Revolución Francesa. Se trata de algunos de los jóvenes que fueron expulsados hace tres meses de un edificio ocupado en doctor Fleming, en A Falperra, por la UIP de la Policía Nacional. Aquello fue a principios de noviembre, y desde entonces se han dispersado por varios puntos del barrio de Os Mallos, inmuebles viejos o, como este caso, en obras.
No es la primera vez que este edificio, tan solo un esqueleto de hormigón, genera problemas en el vecindario. En su día ha acogido a sintecho e incluso al fenómeno del botellón, sobre todo hace siete años, cuando estaba deficientemente cerrado con vallas metálicas. Los responsables del inmueble tapiaron las entradas superiores, pero es posible para alguien ágil saltar estos cierres.
Eso es lo que hacen los jóvenes inmigrantes de origen norteafricano que han llegado a construirse unos precarios refugios con los palés de ladrillos abandonados. Se trata de una especie de chabolas que, junto con mantas, conforman un precario refugio contra el viento y el frío, y que puede ser visto fácilmente desde la calle.
No es el único lugar que han escogido para refugiarse. Los vecinos también señalan, ya desde el año pasado, que estos jóvenes (apenas tienen más de veinte años) también se han apropiado de dos inmuebles abandonados en la calle Noia.
Ola de robos
Pero la ocupación irregular no es lo que preocupa a los vecinos, sino la ola de delitos que la acompaña. Este lunes se produjo el último: un robo con fuerza en una tienda de la ronda de Outeiro. El okupa fue detenido in fraganti por la Policía Nacional. En otras ocasiones, como en el caso de un allanamiento de una de las viviendas bajas de la avenida de Os Mallos, el que sorprendió al okupa cuando robaba fue la víctima.
La mayor parte de sus delitos son robos con fuerza que cometen durante el día. Se mantienen gracias a los comedores sociales de la ciudad y algunos pretenden viajar al norte de Europa, para encontrar trabajo en lugares como Alemania.
Ya en A Falperra los vecinos les acusaban de haber perpetrado robos y otros delitos, pero los jóvenes okupas aseguran que son víctimas del racismo.