No hay una normativa que obligue a hacerlo. Ninguna ordenanza lo estipula como tal, pero los arquitectos autores del “skyline” de la ciudad lo llevan practicando desde siempre para asombro de los que viven más allá de Santiago. Desde el COAG apuntan al viento como la razón que explica que en A Coruña, los edificios tengan persianas interiores. Es más, en la otra punta del mapa, Tarifa, profesan la misma religión para frenar el Poniente.
En Galicia, es la única en su especie que lo hace. Algo que para el profesor Joaquín Fernández Madrid tiene que ver con la forma de portaviones de la ciudad: “Está metida en el mar, poco defendida de los vientos y una persiana por fuera se expone a hacer ruido, estropearse o ser arrancada”. Para evitar estos efectos secundarios y otros como que por el cajón de estos elementos entra el aire, los profesionales realizan la operación inversa y las ventanas se enfrentan a las rachas sin escudo que las proteja.
Esta solución es idónea aquí porque nunca se alcanzan altas temperaturas: “Como no hace mucho calor, se puede poner por dentro”, una determinación que en Ourense, por ejemplo, provocaría más golpes de calor porque en este orden las estancias de la casa se refrescan peor.
El presidente del colegio en A Coruña, Roberto Costas, añade que la tradición de poner contras en las balconeras puede ser otro factor a tener en cuenta, pero lo cierto es que esta extraña costumbre se aplica también pasado A Pasaxe. Oleiros duerme con las persianas por dentro, igual que Sada y Betanzos. En Carballo pasa lo mismo y ya en el interior, Carral copia el modelo que se estila en la capital y que se rompe una vez se baja hasta A Costa da Morte, donde desafían los temporales con estos elementos por fuera. No hay miedo a los destrozos. Pontevedra, más recogida, ventila sus persianas, de la misma forma que Ferrol y Lugo.
Solo en Tarifa secundan esta política urbanística. Aseguran desde allí que tampoco conciben otro tipo de ventana que no sea doble y con climalit. Resistentes al viento que inspiró a Quique González con la guitarra.