Como si de un espectáculo deportivo se tratase, la Marea Atlántica movilizó a sus simpatizantes con motivo del pleno de ayer, pero se toparon con que el PP y el PSOE también contaron con apoyos de ciudadanos. Alrededor de un centenar de personas se congregó en el acceso al palacio de María Pita una hora antes de la sesión, a la que solo entró la mitad. Hubo pancartas de apoyo a las formaciones, lemas de respaldo al Ejecutivo y a Ferreiro, y algunos insultos contra populares y socialistas.
La formación que ostenta la Alcaldía comenzó el viernes una campaña en redes sociales bajo el mensaje #ConfiamosNaMarea que fue apoyada por simpatizantes y representantes de otras formaciones políticas afines, como Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, e Íñigo Errejón, portavoz de la formación en el Parlamento.
Además, el alcalde de Santiago, Martiño Noriega, el portavoz parlamentario autónomico, de En Marea, Luís Villares, o el diputado Antón Gómez-Reino, fueron otros de los que mostraron su apoyo al Gobierno local.
Pero no todos los apoyos fueron tan claros como los de estos representantes políticos. Algunos mensajes de apoyo en Twitter procedían de cuentas con pocos o ningún seguidor y otros estaban acompañados de más frases en cirílico, lo que hace dudar de la veracidad de parte del respaldo recibido por esta vía ya que podría venir de cuentas falsas denominadas “bots” en el argot.
traslado
El apoyo a la Marea Atlántica se trasladó una hora antes de que comenzase el pleno a los soportales del palacio de María Pita, en los que se congregó un centenar de personas. Los afines al Gobierno local eran mayoría y portaban pancartas con el mismo lema y el logo de la formación.
Sin embargo, se toparon con el contraataque del PSOE y el PP, que movilizaron a simpatizantes que se preocuparon de llegar antes de la hora marcada por la Marea para asegurarse un sitio en el palco del salón de plenos.
En este sector, algunos apostaron por llevar bufandas del Deportivo, en señal de protesta por el estadio de Riazor, y carteles que reazaban “Ciudad de primera, alcalde de tercera”.
La mitad de los congregados se quedó fuera por las dimensiones del palco, y el comportamiento de los que entraron fue correcto en general. Cuando Xulio Ferreiro tomó asiento, hubo mezcla de aplausos y abucheos, igual que al final de la sesión. En el transcurso, el regidor tuvo que pedir silencio en un par de ocasiones pero sin mayores problemas de orden.
Xulio Ferreiro se dio un baño entre sus simpatizantes a la salida del palacio, cuando recibió vítores de apoyo. La nota negativa fueron varios mensajes dirigidos al PP y al PSOE: “Fora a mafia da nosa cidade”, “PP-PSOE, a mesma merda é” o “a cidade non se vende, se defende”, fueron algunos de ellos. n