El Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria se han unido para presionar a Repsol en su traslado a punta Langosteira y para ello recurrirán ahora a la Xunta. En concreto, lo que han decidido hacer ambas administraciones locales es presentar alegaciones a la renovación de la autorización ambiental que está tramitando Repsol ante la Consellería de Medio Ambiente para continuar con su actividad en las actuales instalaciones de la ciudad, así como en el poliducto que la atraviesa y en la refinería. En concreto, lo que solicitarán en el recurso es que no se apruebe esta renovación hasta que la empresa pida una concesión para su traslado a Langosteira y ofrezca plazos concretos para su marcha a las nuevas instalaciones.
Ambas instituciones alegarán ante Medio Ambiente para que no se le renueve la autorización para operar en San Diego
Tanto el Puerto como el ejecutivo local aseguran apostar por la continuidad de Repsol en A Coruña –de hecho, en el año 2000 se le renovó la concesión hasta 2027– porque se trata de la principal empresa de los muelles al mover 7,5 millones de toneladas anuales. Pero ahora quieren forzar un avance en las conversaciones que llevan años bloqueadas: “El gobierno local confía en que las negociaciones entre las institución marítima y la petrolera lleguen a buen término, pues este acuerdo supondrá minimizar los riesgos tanto de seguridad como medioambientales”. Esta es la mayor baza que esgrimen los responsables ya que uno de los objetivos de construir el Puerto Exterior que ha costado más de 700 millones de euros es alejar de la urbe los tráficos peligrosos, entre los que están los hidrocarburos. “Evitando así que en el futuro se repitan en la ría coruñesa siniestros marítimos como los del “Mar Egeo”, el “Urquiola” o el “Erkowitz”.
Tanto para el alcalde como para el presidente del Puerto el de Langosteira es “el muelle idóneo” para el movimiento de graneles líquidos porque su puesta en marcha se traducirá en “una mejora sustancial de las condiciones medioambientales y de operatividad”. Recuerdan que implicará el desmantelamiento del poliducto que atraviesa la ciudad y que el que se construirá entre la refinería y la dársena discurrirá por lugares con mucha menos densidad de población.
sin peligro
En concreto, las administraciones locales solicitarán a la consellería que establezca dos condiciones antes de dar el visto bueno a la petición de Repsol. Por un lado, que la compañía presente una solicitud formal ante la Autoridad Portuaria para la concesión de una terminal en Langosteira, además de definir el trazado del nuevo poliducto.
Por otro banda, pretenden que la vigencia de la autorización ambiental quede supeditada al traslado, es decir, que Repsol establezca plazos concretos para su marcha.