Fue el 29 de julio de 1976 cuando se descubrió por el rey el cuadro colgado en la cabecera de la Presidencia del salón de sesiones del Ayuntamiento de La Coruña, con motivo de la visita que habían realizado los reyes ese mismo día para inaugurar, primero la avenida del Ejército, más tarde la Escuela de Arquitectura Técnica en la Zapateira, y posteriormente asistir en el palacio municipal a una recepción presidida por el alcalde José Manuel Liaño Flores; a continuación de la cual, Liaño, desde el balcón del ayuntamiento, saludo a los reyes y a los miles de personas que se encontraban en la plaza, contestando don Juan Carlos al discurso del alcalde, prometiendo su máxima colaboración para la solución de los problemas de La Coruña y de Galicia.
Entre los asistentes a la recepción estaba invitado por el alcalde el pintor de ese retrato de su majestad, Luis Quintas Goyanes, que obsequió al rey con una copia de tamaño reducido del que se acababa de inaugurar; retrato que el rey elogió, y que consideró como una de las mejores pinturas que se le habían hecho, que se encuentra todavía en ese salón de sesiones.
Pues bien, con motivo de la abdicación del rey, debe retirarse del salón de sesiones ese cuadro, como habrán de retirarse los miles de retratos existentes en edificios públicos de toda España y de las embajadas en el extranjero; pero estamos seguros de que ninguno tiene el valor pictórico y la consideración que ha tenido el pintado por Quintas Goyanes e instalado en el ayuntamiento.
Y el interrogante consiste en preguntarle al alcalde de La Coruña, qué retrato de Felipe VI va a sustituir al existente en ese salón, sin una fotografía oficial que al efecto se distribuya, adecuada al tamaño del hueco que deja el que se retira, muy económico, o se encargará también a un artista coruñés, de los muchos y muy buenos que hay, especialmente retratistas, la pintura correspondiente al nuevo rey. Al criterio del alcalde Negreira, o en su caso al de la corporación municipal, corresponde la decisión oportuna, esperando que, de una u otra forma, el que se coloque, sea tan digno como el anterior.