Hace poco más de un año el todavía ministro de Educación, José Ignacio Wert, armó la de San Quintín en la Universidad con el tema de las becas. Este desconcertante señor, políticamente hablando, había elevado drásticamente los requisitos académicos exigibles a todo aquel que quisiera hacerse con una ayuda estatal. Y con tan tajantes como peregrinas decisiones se cerraban muchos meses marcados por sordas pugnas mantenidas con los rectores y la comunidad universitaria en general. Bastantes de las más importantes decisiones tomadas por el incómodo Wert en el inicio de la legislatura habían estado dirigidas a desmontar algunas de las garantías de equidad del modelo universitario español.
Pero las “desfeitas” han continuado: el que dice ser y llamarse José Ignacio Wert decidió por su cuenta y riesgo restringir el tramo estatal de la beca Erasmus a los estudiantes con beca general, pese a que muchos de los supuestos beneficiarios se encontraban ya en el país de destino. Y tal decisión le acabó estallando al propio ministro en toda su carota y hasta le acusó el portavoz de Educación de la Unión Europea, Dennis Abbot. Y asustado por la que se le venía encima, el propio Mariano Rajoy le obligó a dar marcha atrás en la peregrina decisión del infame ministro en cuestión, tras indicar al ministro de Hacienda, Montoro, que presupuestase 20 millones de euros extra. Pero Wert no se apea de la burra: en el nuevo programa Erasmus reduce la estancia en el extranjero de un curso a nueve meses. También para otorgar las ayudas exige tener un nivel B2 en la lengua del país elegido y haber aprobado 60 créditos de grado en el curso anterior. Y aquellos polvos trajeron estos lodos. A saber: Educación sólo ha conseguido entregar 8.857 de las 10.000 becas que ofertaba, entre universitarios y no universitarios, ya que un 34,4% de los candidatos no cumplían los requisitos.
Y llegados a este punto preguntamos ¿Qué pretende el impresentable Wert, acaso hacer méritos ante su señorito, Rajoy? ¿O quizás partir en mil pedazos las ilusiones de miles de estudiantes españoles? Ande y váyase a casa. Y tómese una tila.